Todo lo que alguna vez supiste acerca del no saber,
Ahora que tanto de todo sabes, Lulú.
Ya que tus teorías se han vuelto leyes,
Desde que tus cabellos son memorias forasteras en el cepillo.
Cuando abrías la puerta del baño y salían tus tarareos y el vapor,
Salías reclamando porque te decía que te bañaras,
Que te bañabas porque era tu decisión y no la mía.
Prometo no volver a hacerte bañar, Lulú, lo juro.
Y cuando veías la pantalla en el cine,
Te inundaba la serenidad del silencio.
Tus ojos firmes y coordinados con el sentimiento que efevescía de tus suspiros.
Con verte a ti entendía el filme, Lulú.
Tu fascinación por los niños y la vida,
Tu desprecio a la piratería, Lulú.
Toda la esencia de quién eras de cada L a cada u.
La empacaste y me la quitaste, ¿dónde está mi mitad de todo?
¿Qué va a ser de este Sansón sin su pelo?
No es que no me ponga serio, es que ya nada me lo quita.
Se terminó el despertar con tu perfume, Lulú,
Entiéndeme que ni yo me entiendo.
Como cuando te fuiste a la Ciudad de México por una semana,
Me quedé pateando piedras solo por la plaza.
No tenía con quién soñar, Lulú, pero aun así te soñaba.
Estuve tan quieto que Miguel Ángel me tuvo que convencer de que no era estatua.
A la mierda todo, Lulú,
¿Por qué tomar este tipo de decisiones sin mí?
A mi no me parece ideal esto de dedicarle la luna a mis memorias sobre papel,
¿A dónde te mando las cartas, Lulú?
Te busqué ya hasta en el diccionario,
No estás ni en los árboles que abrazabas en el patio para que crecieran,
Te largaste hasta de los libros que leías, Lourdes.
Egoístamente aquí nos tienes a todos, como esperando para una bienvenida sorpresa.
Te vi cambiar, no sé si para ti, por mi o de mí,
Nunca cesaste de ser perfecta, Lulú.
Con tus labios delineados con pincel,
Con tus manos tan de mi talla.
Me traicionan las sonrisas y se me van todas,
Te extraño demasiado, Lulú.
Estoy como calcetín sin par,
Como si Bonnie se le desapareciera a Clyde.
|