Iba alma en pena levitando,
Su tumba yacía cerca de donde solía posarse para admirarla,
Un semblante triste y confundido,
No se puede dejar de amar aunque en tumba te encuentres dormido.
Besos que aún sentía sobre sus labios,
A pesar de que la húmeda neblina trataba de borrarlos,
Se aferraba a los recuerdos para fingir que estaba un poco vivo,
Pero de todas maneras no conseguía llegar hasta ella.
Odiaba estar muerto
Nunca podría volver a tenerla;
Tan desdichado alma en pena,
Que lamenta no poder poseerla.
Solloza, gime, grita, llora todo lo que puede,
Sueña, imagina, desvive pensando que tal vez puede morir de nuevo,
Pero esta vez, cerca de sus brazos,
Posado en sus labios,
Sumergido en una excitación entre sus piernas.
Desdichado alma en pena,
Vagando en su tumba oscura,
Esperando el día que ella vuelva a danzar
Entre melodías de amor dedicadas,
Enterrado entre recuerdos de una vida que no podrá recuperar.
Infeliz bastardo en pena,
Lágrimas de cenizas has logrado derramar de tanto lamentar,
Quien diría que al final de todo
El orgullo podías tragar. |