Adiós, Fito Páez...
Ha llegado el día, maldito, en que mi venganza se cumplirá. Hoy será tu último día. El último día de tu vida. No me apiadaré cuando me pidas perdón suplicando, arrastrándote y gimiendo. Ya sé que ni la conociste a ella ni a muchas otras que se enamoraron de tí, de tu esqueleto escuálido, con poquísima carne, de tus anteojitos, para inspirar ternura, mala copia de la figura de John Lennon. Y las que se enamoraron de tí por las letras de tus canciones. ¿Dónde estabas cuando pasó lo que pasó, hablándote al espejo sola? Le dijiste que preferirías su sonrisa a toda la verdad y gracias a ello, cuando le pregunto algo, me contesta con una sonrisa. Yo no soy así, flaco maldito. Yo necesito saber la verdad. Yo sí avanzo un paso, retrocedo y vuelvo a preguntar. No quiero ser como vos, que tu vida gira en contradicción, porque vienes de un barrio tan mezquino y criminal que de nada te sirve vivir y buscás algo por qué morir. Lo has conseguido.
He gastado mis ahorros en comprar el arma de tu muerte. No será un objeto inanimado, sino un ser vivo, terrible, que no perdona. Vive agazapada, pero es capaz de saltar tres metros y morderte e inocularte el peor veneno, para el cual no existe antídoto, y ruegas para que llegue pronto la muerte piadosa y te calme esos atroces dolores. Esa arma se llama Segestria senoculata gigantus y me la trajeron expresamente de la selva ecuatoriana. La tengo aquí, en mi bolsillo, en una pequeña cajita envuelta para regalo. Esta noche cuando termine tu concierto, donde habrás nuevamente enamorado a ella y a otras miles de pobres mujeres, tus fans, como las llamas, te haré llegar este regalo. Cuando lo abras, como te gusta hacerlo personalmente, esta araña te saltará y te picará, porque ya está enfurecida y hambrienta. Además, lo que la hará más temible, es haber tenido que soportar todo tu concierto, ja ja ja. En menos de cinco minutos tendremos tu cadáver exquisito. Ya habrás encontrado tu piedra filosofal. Ya tocaste tu último tema y tus fans te piden más. Te haces el que no quiere, el que está cansado, pero por ellas, por tus fans, harás un esfuerzo y tocarás un par de temas más.
Aprovecho para abrir la cajita de tu regalo y con un lápiz la molesto un poco para que esté más agresiva. ¡Diablos! ¡No empujen mujeres malditas! ¡Ay! ¡Ah! ¡Ahhggggggggggggggg!
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