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SUICIDIO

Ana escuchaba el ruido de el silencio de aquella limpia mañana. Los estallidos de la húmeda madera,en el fogón, le provocaban ligeros sobresaltos y el humo que expedía provocaba que le lloraran sus hermosos ojos. La leche, recién extraída de la única vaquita que poseían, comenzaba a subir por las paredes del tiznado jarro, colocado sobre el fuego sobre dos pequeños pedazos de linea de un desusado trencito que, en tiempos pasados, corría por aquellos apartados campos de cañas de azúcar. Con cuidado, la joven y robusta campesina, saco el jarro del fogón y lo coloco encima de una vieja mesa que le servia de fregadero y preparador de alimentos. Una idea fija hacia que sus movimientos los ejecutara de manera automática , absorta en el concepto de una decisión que tarde o temprano tendría que tomar ; ¡ Si ! Hoy se lo diría. El la amaba; muchas veces se lo había repetido, cuando, en sus ocultas y secretas citas se veían . Ocultas de sus padres e ignoradas por amigos y conocidos ; solo el cura sabia de sus relaciones y de su pecado, por la propia muchacha .
El párroco solo esperaba para casarlos ¡ Como Dios Manda ! Ella, Ana, con el pretexto de que El terminara sus estudios le ocultaba su estado . Se casarían en secreto , el cura estaba de acuerdo. . El viejo y solitario árbol de mangos ofrecía su magnifica sombra al caminante . Sobresalía en altura a los pocos arbustos y era poco visitado por lo poco accesible del camino de pequeños montículos y por sus pobres frutos desabridos e fibrosos Testigo silente de las citas de los jóvenes, guardaba en lo arrugado de su añoso tronco las iniciales AM- J R apresadas dentro de un mal dibujado corazón. El dedo indice de su bien formada mano recorrían la hondura de las letras gravadas como si acariciara a su amante al que esperaba ansiosa, en aquel apartado lugar, para comunicarle que estaba encinta, que dentro de su vientre palpitaba el vivo fruto de su amor.

¿ Estas segura ? – Pregunto con sorpresa pero sin ninguna alteración .
Si , - Le contesto en tono mimoso .
¿ Cuantos meses tienes en...? - Le dijo mientras movía su mano, con la palma abierta y de medio lado, de un lado a otro, como impulsando y completando su pregunta .
Tres meses - Contesto mirándose y acariciándose la ,aun no notable, barriguita, mientras se inclinaba suspendía en la punta de sus pies brindándole sus bien formados y sensuales labios. El, tomándola por los hombros, le beso en sus cabellos y con voz ausente le dijo.
Esto me toma por sorpresa . Me obliga a cambiar muchos de mis planes ; en realidad lo que mas me preocupa es la reacción de mis padres . - Y pregunto titubeante - ¿ Quien mas sabe de..esto. ?
¡ Nadie ! - Ella, comprendiendo su preocupación, le oculto de la participación del cura.
Tengo que marcharme – Le dijo mientra buscaba sus labios – Debo preparar a mis padres.-
Monto con presteza su negro caballo hincando con infrecuente fuerza las espuelas en los ijares. La reacción de mis padres – Pensó - Ellos que solo piensan en mi bienestar. Que ya planearon mi boda con mi prima Victoria . Cuando le dije a mi madre que Victoria no me gustaba ella comprendió pero me explico el gran beneficio que mi boda con ella traería para mi y para mi familia . Era la única heredera de mi tío Anselmo, dueño de los campos de caña que rodean y abastecen el Central Azucarero . El viejo y enfermo tío mio esta de acuerdo en esa boda y solo esperan que yo termine mis estudios para anunciarla. Victoria no me gusta es muy vanidosa, engreída, fea. ¡ Y se cree la mejor. ! No he sido capaz de darle ni tan siquiera un beso, ¡ Hasta mal aliento tiene..! Pero tiene dinero. Ana es el amor de mi vida, ¡ Me gusta..! Pero es muy pobre. - El caballo, ahora marchaba lentamente, con la rienda suelta mientra se dirigía a su casa, allí tendría que contarle a sus padres su secreta relación con la hija del borracho mas pobre que tenia la región y que, por contraste, era el padre de la moza mas apetecible de aquellos olvidados campos, pretendida, incluso, por don Anselmo Restrepo su viejo y enfermo tío.

Un mes ¡ Todo un largo e infinito mes ! se tardo el Muchacho en volver a verla con el pretexto de sus estudios y la espera de la contesta de sus padres con respecto al matrimonio de ella y El . Contesta falsa, pues El nunca le contó a sus padres de que tenia a la hija del borracho de don
Miguel encinta y esperando a que se casara con ella. Al final que, aunque la prima fuera fea,egoísta, vanidosa y engreída, tenia todo el dinero que necesitaba , ademas de que no tendría que emparentarse con el borracho de don Miguel. Seria rico; de todas maneras el era joven ,tiposo y apetecible , bien podía aguantarse a su prima y disfrutar de otras jóvenes que le gustaran mas.

La cita fue en la casucha abandonada que estaba detrás del central. El encuentro, triste como la tarde, con sus oscuras nubes ocultando el brillo alegre del sol y el molesto viento despeinando los frondosos arboles. La casucha de adobe y sucias tejas que otrora se le antojaba como amoroso , privado e incógnito nido de sus amores esa tarde la veía lugrubesucia, extraña y abandonada como tal en realidad era .
¿ Escribiste tu carta ? – Pregunto con triste dejo.
Si - Contesto Ana sacando un estrujado papel de su firme y bien formado busto.
Aquí esta la miá - Le dijo mientras colocaba un sobre azul en la pequeña y sucia mesa, poniendo encima el arma cargada. - ¿ Estas decidida ? - pregunto con voz quebrada mientras se recostaba sobre las limpias sabanas, traídas por Ana, en la camita de gruesa lona donde tantas veces disfrutaron de sus poéticos y parasidiacos encuentros.
¿ Donde esta la pistola ? – Pregunto Ana decididamente.
En la mesita – Contesto cubriendo con el antebrazo sus ojos en señal de cansancio y abandono – Ella ,con inseguros pasos y la mente embotada se dirigió a la mesa. Tomo la pistola y, por desconocimiento, apretó el mecanismo de seguro del cargados que salio disparado dejando ver el contenido del magacin . Con desgano la joven tomo el cargador para introducirlo de nuevo en el arma observando, entonces, que solo un proyectil ocupaba todo el cargador. Coloco de nuevo el cargador y con los mismos inseguros pasos fue hacia el camastro, que se le antojo lejano y perdido como el final de un largo y recto surco de cañas. Tendiéndole la pistola al que seria el padre de su hijo le pregunto .
¿ Quien...? - El sin quitar su antebrazo de sus ojos respondió.
No se...Solo por seguirte seria capaz..No puedo ser el primero ..es demasiado duro para mi lo siento pero es la única solución...mis padres se oponen y mi madre juro que se mataría si yo me caso contigo ...Amor donde quiera que vayas yo seguiré tras tuyo... - Ella, con decisión, coloco el frió cañón de la pistola en la sien ...¡ De EL..! y apretó el gatillo...
Al lado del cadáver, sobre la camita de gruesa lona, ensangrentada, en un sobre azul, se encontró la carta de despedida de su puño y letra .

“Solo el destino es culpable de mi muerte no puedo hacer cumplir la mas sublime actitud correspondiente a un hombre . Nadie me obliga a ello, solo mi dignidad y mis sentimientos .
Pido perdón a mis padres.”
Que Dios me perdone.
Firmado: Jorge Restrepo

Cinco meses después nacería una hermosa y robusta niña
Un año mas tarde Ana Mejías se casaría con el padrino de su hija, don Anselmo Restrepo




Texto agregado el 21-01-2013, y leído por 179 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
26-01-2013 Un relato triste pero aleccionador. Me gusta. elpinero
21-01-2013 Me gustó la idea. Sin embargo creo que el desarrollo es poco claro por tramos. Por momentos áspero. Un saludo cordial! jef
 
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