Él caminaba en su pensamiento, deformaba el tiempo, tal como algún Dalí expreso alguna vez, ahondaba en las emociones y sus porque, cuando la recordó y profundizo su memoria para recobrar aquel momento.
Él nunca le había regalado su verdadera atención cuando en esa introspección empezó a notar ese sabor raro, comenzó a desenredar el recuerdo y la extranjera sensación de haber pasado por alto algo mas profundo de lo que había considerado, algo que hoy en día es tan difícil hallar, la sinceridad primordialmente.
La expulsaba desde sus poros, lo transmitía su mirada, se encubaba en los labios y en los besos lo afirmaba, en sus caricias sin que él se de cuenta le hablaba de su interior, no tenia defensa alguna, no le importaba implorar, arrodillarse o suplicar, ella se encontraba rendida a aquel invento de los dioses.
recobro el sentido después de ese lapso eterno o pasajero o ambos, y las preguntas cayeron de lo alto y se transformaron en ríos.
preguntas, conjeturas, suposiciones, era un torbellino aquella mente cuando la calma lo asedio nuevamente.
Él supo cuanto ella lo había deseado, hasta con el fervor de su alma. comprendió lo mucho que sufrió por tal atención aparentada, y entendió que sus manos vacías fueron llevadas a su cara mientras él divagaba en otras cuestiones que en su momento mas importaban.
se lamento por un momento, porque él necesitaba una cobija para el alma, que la mayoría lo rotulan amor, pasados algunos momentos salió del hastió de la culpa y agradeció a los dioses nuevamente, y aprendió dos lecciones. Cuando la vida te bendice con emociones tan puras, tómalo, es un presente, aunque tengas miedo y que la cobardía hace perder oportunidades y lastima a gente inocente.
se levanto del sillón, con cierto arraigo aun en las emociones revueltas, se dirigió al teléfono y marco el numero de ella...
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