Pensando y comentando, en esas charlas circunstanciales pero significativas, me di cuenta de lo que realmente es la holgazanería.
El retrato típico del holgazán nos muestra a una persona perezosa y floja que no hace demasiado de su vida. Más de uno debe haberse sentido un holgazán, ni que decir que más de uno fue etiquetado de tal por su propia madre. Esa sensación de “¿no debería estar haciendo algo?” es seguida por la autosentencia de “que perezoso que soy” o similares.
A mí particularmente, la pereza, como yo la entendía, no me parecía algo demasiado grave. Incluso, encontrarse entre los pecados capitales, me resultaba hasta exagerado. Sin embargo me di cuenta de que ser perezoso no es necesariamente no hacer nada -productivo-. Todos merecemos momentos de nada, indispensables para estar con uno mismo, hacer viajes astrales o mandarse una que otra filosofada amateur. No, eso no es ser perezoso. Ser perezoso es no vivir, lisa y llanamente.
Es verdad ¿Cómo puede alguien no vivir? Fácil, no viviendo su propia vida. Me he encontrado con personas que nunca vivieron, o quizá sólo lo hicieron hace mucho, cuando eran pequeños. Esas personas se esfuerzan por vivir la vida de otros, cambiarla a su antojo y juzgarla ferozmente cuando piensan que va por donde no quieren.
¿Existe mayor holgazanería que esta? me parece que no. Más aún, sentimientos tan negativos tales como la envidia, el rencor, el odio, entre otros, son consecuencias directas de un espíritu holgazán que no quiere ni puede vivir la vida. El por qué es algo que escapa de mi entendimiento, será miedo, sentimiento de inferioridad, o la probable intuición de sueños rotos o vacíos. Pero el resultado es el mismo, personas parasitando a otras, viviendo a través de ellas.
Hay holgazanes que viven de ti, pero no te has dado cuenta. Viven de tu tristeza, de tu felicidad, de tus logros o fracasos, se alimentan de tu imagen y la destruyen o reprimen si notan que no les agrada hacia donde diriges tu vida. La crítica es un arma excelente para sus propósitos y no dudaran en usarla.
Espero que lo holgazanes, los de verdad, se den cuenta que vivir por otro no sirve. Espero que vean su vida tal como es, una oportunidad de “ser”.
Para los perezosos y su huéspedes, para los que viven y los que no. Aprovechen la vida, vívanla, es un regalo hermoso, en un mundo hermoso pero lastimado. Hagan “nada” y conózcanse más, ámense más, si ustedes no se aman, difícil será que alguien más lo haga. Miren el techo, o el cielo, tirados en la cama o el pasto. Siéntanse y vean que el mundo cambia, todos cambian y es mejor cambiar uno y mejorar que tratar de cambiar a los demás. |