Walther Rohm había llegado de la diócesis de Chicago y era sacerdote Lasallista. Ahora estaba en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma para hacer su doctorado en biblia. Era invierno pero su alma estaba en verano porque su alegría calentaba su cuerpo. Ingresó a la residencia en donde le fue adjudicado un cuarto en compañía del abate Mermet quien recién había concluido una labor misional en El Congo. Hoy mismo comienzan las clases y la primera materia es la Apologética la cual le permite a los sacerdotes fabricar en serie sofismas de la misma manera que los políticos acuden a la estadística y de esa manera anestesian a los feligreses con un discurso almibarado similar al cómico mejicano Mario Moreno Cantinflas quien hace unos discursos maravillosos que finalmente no dicen nada paro entretienen.
Walther y Mermet escuchan de parte de un cardenal invitado que Dios tiene, es si mismo, unas características únicas que no tiene ningún otro ser y que por ello es singular y exclusivo.- Dios crea la materia, la transforma y la destruye a su antojo, dice- - Destruye mundos y también da origen a mundos con todos sus enhabitantes-. Por fin termina la clase y ambos deciden ir al Observatorio Astronómico del Vaticano. Una vez allí asisten a una conferencia dictada por un jesuita que es doctor en astrofísica. Ello es necesario para poder hacer un ensayo que van a necesitar en la cátedra de cosmogénesis.
El conferenciante dice:- En el espacio exterior hay regiones del universo muy oscuras que pueden tener el tamaño de una moneda. Tienen un campo gravitacional de vórtice y es altísimo y se traga la luz. También hay nubes oscuras en donde la temperatura es de cero absoluto, es decir, de -273 grados kelvin. Ambos, es decir el agujero negro y la nube si se acercan a una región del universo; una galaxia, por ejemplo, se la tragan entera lo cual es incomprensible para nosotros. También un agujero negro o una nube pueden crear o vomitar una galaxia entera o un grupo de ellas. Ambos crean y destruyen.- Se despide y termina su intervención.
Mermet y su acompañante salen reflexionando si una nube negra y un agujero negro no tiene las mismas atribuciones de Dios. Walther hace un chiste. Coloca sus dedos pulgar e índice formando un círculo y los lleva a su nariz._ mira, ¡ Mermet ¡ Así toca persignarnos en los sucesivo. ¡Ya no más señal de la cruz!. ¡Así saludaremos al dios agujero negro y a la santísima nube negra¡.