Prólogo:
Las hermanas huérfanas a causa de la guerra son llevadas del Orfanato Barrius a su nuevo hogar. La menor de siete años mira por la ventana mientras se peina un poco los rizos pelirojos y respira ansiosamente con mucho ánimo con ganas de ver a su nueva madre y a su nuevo padre. La mayor de nueve años mira por la ventana sin ánimo. Ella recuerda con tristeza la última noche que estuvo con su amigo, su único amigo, aquella noche en la cual él escapó. Pero luego de pensar en aquel momento, ella mira a su hermana y se alegra levemente al saber que su hermana está feliz, es lo único que importa. La mayor abrasa a su hermanita intentando alegrarse por el hecho de que irán a un hogar, pero no lo logra.
– Todo saldrá bien, Dannie. – susurra la pequeña peliroja a su hermana.
La mayor mira su brazalete de cuatro perlas, cada una de un color que -según su padre- Significan algo diferente. La perla más oscura era la que estaba más al lado izquierdo. Esta significa que la vida tiene su lado oscuro, un lado de violencia, de corrupción y de tristeza. Por eso, al lado derecho estaba una perla blanca, la que a pesar de todo lo malo de la vida, aún podemos seguir adelante y su representación era la esperanza y la paz. Luego una perla con un tono rojo que significaba el amor, no necesariamente a una persona en especial, sino que el sentimiento de cariño y protección sobre las personas más importantes. Y la última, la perla que su padre pintó con una pintura dorada -que en aquellos tiempos era un lujo que una familia de clase baja no disponía- que significaba la valentía y la lealtad. Felix era el nombre del padre de las hermanas, y éste le dio una pequeña daga un poco mas larga que su mano, simplemente por si necesitaba defenderse en el hostil mundo. El padre de Danielle o Dannie y de "Sally" -que es como Dannie la llama por una pelicula de un gran director de hace casi dos siglos- se la dió a Dannie la última vez que estuvieron juntos, justo antes de que un grupo del Estado se lo llevara a la esclavitud en un campo árido donde la vida humana no es apreciada, tal y como había pasado hace más de dos siglos y que la gente "diferente" era exterminada como una plaga por la falta de tolerancia de aquellos días.
La hermana mayor se acerca al oído de su hermana menor, y susurra con un tono decidido
– Solo espero vivir en un mundo mejor y dejar el pasado atrás.
Capítulo 1:
El mareo del barco es insoportable. Intento no vomitar, pero es algo difícil. Siento que la cama se sacude de lado a lado, como una cuna y hace imposible que tenga sueño. Suspiro y respiro lentamente, me pongo en una posición fetal mirando a la puerta del dormitorio, pero desvío la vista a la cama de arriba del camarote. Me desacomodo de la posición fetal y estiro mi cabeza para mirar si Cole está durmiendo.Cole duerme en una posición extraña, se mueve y habla dormido, pero no me molesta, yo hago lo mismo.
- Marea - pronuncia Cole pareciendo un borracho por la manera que arrastró las palabras en su boca. Sonrío y vuelvo a acomodarme en posición fetal.
Empiezo a cerrar los ojos, y el sueño me consume viva, dejandome en un profundo recuerdo, unos meses atrás. Estoy en mi departamento abrasando a mi hermana. Suelto su cabello rojo cobre sobre sus hombros, y cae como cataratas escarlata. Su mirada se concentra en mi cara de preocupación, luego baja la mirada a su uniforme blanco de enfermera de guerra. Al terminar de soltar su cabello, ella se coloca su típico gorro de enfermera que le queda grande, ya que es muy joven para trabajar. El gorro le queda grande a mi hermana y le tapa los hermosos ojos grises de nuestro padre. Ella me mira a los ojos y me abrasa con fuerza y en silencio.
- Intenta mantenerte viva - la mayor da su consejo y la abrasa fuertemente, oculta una lágrima de tristeza, pues no se puede derrumbar a llorar en ese momento. Todos saben que ir a la guerra como soldado, doctor o mecánico es peligroso y casi una sentencia de muerte.
- Volveré. Estaremos juntas pronto.
El recuerdo acaba. Mi recuerdo acaba. Pero continúa otro, cuando ayer recibí una carta del ejército que me informaba la captura de mi hermana. Esa carta decía que varios soldados la capturaron como civil, según un informante y testigo que no fue capturado. La preocupación es extrema, la carta le leo junto a Cole, quien bebe un poco de cerveza mientras lee la carta.
- Debo ir - Anuncio
- Moriremos - Dice Cole
- ¿A qué te refieres con "moriremos"?
- Iré contigo - Intento formular una pregunta, una orden, algo.
- ¿Por qué?
- Todo lo que te importa a tí, es importante para mí. Además, ella y tú son basicamente mi familia.
El recuerdo acaba. El mareo aumenta, pero ahora que porfin estoy dormida, no me levantaré a respirar por unos segundos, estaré bien. Suspiro, y un recuerdo diferente viene a mi mente, no un recuerdo reciente, el recuerdo que marcó mi niñez, mi pesadilla.
El sonido de una bomba empieza el recuerdo, el sonido que me deja sorda por unos segundos en la pequeña casa con vista al mar. Cubro mis oídos con fuerza, intentando bloquear el sonido de la bomba que explota a los lejos. Estoy acurrucada en el piso, en posición fetal tapando mis oidos y cerrando mis ojos con fuerza. Una fuerza me hala hacia arriba, unos brazos fuertes me levantan y me abrasan en forma protectora hasta que acaba el sonido. Miro arriba para ver que quien me ha protegido, es mi padre. Él me levanta y corre por la casa hasta salir de ella. Al salir, un carruaje con dos caballos tirando de él me espera. Mi padre, Felix me baja de sus brazos. No puedo creer que adentro de aquella pobre casa no se escuchara el caos de afuera, niños gritando, mujeres sollozando, animales correteando, bombas cayendo y explosiones en casas cercanas. Felix me da un tiquete blanco con letras en negro y toques plateados.
- Dannie, tu hermana ya esta dentro. Irán a otro lugar más seguro, te lo prometo. - prometió mi padre con lágrimas en sus ojos grises - Ahora necesito que seas fuerte Dannie, como siempre lo has sido. - pronuncia de una manera clara para que yo a mis ocho años comprenda que nunca lo volveré a ver. - Te doy esto - dice entregándome un brazalete con cuatro perlas, la de la izquierda de color negro, la del centro del lado izquierdo de color blanco, la del lado derecho era roja y la que estaba entre la blanca y la roja, la dorada. - La perla negra son los momentos malos de la vida, significa la violencia, la corrupción, la maldad. La blanca los buenos momentos, y por eso está cerca de la blanca, porque después de cada tormenta, viene el arcoíris. La roja es el amor, como el amor que yo tengo a tí, mi querida hija y a tu querida hermana. La dorada es la más importante, representa la valentía, la lealtad y la inteligencia, basicamente te describe a tí. - dice mi padre con lágrimas en los ojos al igual que yo, me acaricia mi mejilla y lo abraso por última vez, Por última vez siento sus cálidos brazos. - Siempre estarás en mi corazón, hija. Cuida a los que amas - Pide y me levanta y me mete en el carruaje con mi hermana que llora nerviosamente, el carruaje arranca y miro para atrás, a mi padre.
El carruaje se aleja más y más de él y del caos. Lloro y grito:
- ¡Lo prometo papá! - prometo entre lágrimas, mientras veo como la figura de mi padre se hace más pequeña y que justo antes de desaparecer, una bomba cae sobre la figura de mi padre, destruyendo cualquier cosa cerca de él.
El último recuerdo, mi pesadilla infantil, acaba.
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