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NOTA; Últimamente he estado un poco como que corto de inspiración, a veces pasa. Este cuento lo escribí hace rato ya, y lo comencé hace mucho mas... Espero que les guste.
Agradezco a Yar, por que en sus cuentos me inspire para escribir este, y no de mono, sino por que me gustaron...





EL LIBRO

Despertó como siempre. Ya poco ocupaba el despertador pues desde hacía tiempo sonaba cinco minutos despues de que ya se levantara. Alegre, dejó el libro que leía en la mesa de noche. Ya ni se acordaba de la pesadilla que lo atormentó horas antes. Se duchó cantando, y después de un bocado salió en su regalona bicicleta, dispuesto a ver el amanecer incrustado en la naturaleza.
Antes de salir recordó que debía pasar por la biblioteca a prorrogar el plazo de entrega del libro, que ya llevaba una semana leyendo.
Fugaz, cruzó un extraño presentimiento por su mente, como si ya hubera vivido el momento alguna vez, pero luego desecho la idea, pues lo distraía de lo que en ese minuto realmente le interesaba que era entrenar.
No lo hacía para competir. Solitario, le gustaba entrenar por el gusto de disfrutar a solas de la naturaleza, aparte de la descarga de adrenalina que le provocaba. Ademas, como siempre decía, no es malo estar en forma.
Ya el sol estaba alto cuando regresó. Aprovechó el viaje para pasar por la biblioteca a renovar el plazo, y le atendió una mujer que jamás había visto, y el presentimiento que le acometió por la mañana volvió, vaporoso e intangible.
La mujer rellenó con destreza las fichas, como si siempe lo hubiera hecho, como si le conociera desde siempre, y la curiosidad a veces puede mas que la voluntad. Se asomó para ver lo que la dama escribía y sintió algo helado recorrer su espalda; lo que vió parecían runas, y por alguna razon supo que no eran simples runas, lo que menos esperaría ver en su pacifico y apartado pueblo.
Debo haber visto mal- pensó, y al somarse nuevamente vió lo que parecía una de las mejores caligrafías manuscritas que algun vez hubiera visto.
Sorprendido, al levantar la vista se encontro con la vista de la dependienta fija en sus ojos, y una sonrisa falsa, como dibujada en carton.
¡Sus ojos!
Sus ojos negros, con destellos de ira oculta, al principio recapturaron por desgracia su atención. Se dió cuenta entonces que había un vacio que en en ellos lo atrapaba, se sintió caer por el abismo negro y el vértigo lo embargó.
Sintiendose ya perdido escucho una voz terrible que le decía sin palabras "ya sé que tu lo tienes, devuelvemelo”, y "pagarás caro este atrevimiento”.
Algo, algo lo sacó de ese trance fatal. Sintió debilidad en sus piernas, y perdiendo el equilibrio, quedó agarrado del escritorio, pero de regreso en la realidad, con el nuevo tiquet en la mano y solo.
Presto apareció la dependienta de detras de una estantería, con cara de alarmada, y otras personas se asomaron también.
¿Se encuentra bien? -no supo quién le preguntó. -Si, si, estoy bien...- respondió, no muy convencido- Debo irme... Ok- respondió la bibliotecaria- que tenga usted un buen dia, y no se olvide de mi encargo...- y al decir esto un malevolo destello apreció fugaz en sus ojos.
Llegó a su casa cerca del mediodia, poco antes. Tuvo tiempo de ducharse y preparar un rapido almuerzo de fideos con salsa de tomates, acompañado de un par de huevos fritos. Hacía hambre...
Recordó lo del tiquet con un escalofrio, y se apresuró a buscarlo en los bolsillos. Esto no le quitó el apetito, pero lo dejó pensando. ¿Quien sería esa extraña mujer, y que habra querido decir con aquello de "sé que tu lo tienes”?¿O solo habrá sido mi imaginación? Como sea- dijo y tomó el tiquet y partió a guardarlo en el libro, segun la vieja costumbre, como marcador.
Recogió el libro del piso, pues al levantarse en la mañana resbaló y cayó... O al menos eso debía haber pasado, pensó, pues no podía haberse movido solo desde la mesita de noche.
¿No podía?
¿No debía?
Al levantarlo, de entre las últimas hojas cayó una viejisima fotografía, en sepia, de una niña muy bonita. La quedó mirando un rato. Debió tener algo así como siete años -dijo para sí- ya debe ser mas que bisabuela, si es que está viva aún. Se le debe haber olvidado a alguien, el libro es relativamente reciente. En eso pensaba cuando reparo en aquel detalle.
¡Como soy torpe! -dijo- ¡Como no me dí cuenta del grosor del cartón!. Era bastante notorio entre las hojas. Quiso creer que la fotografía siempre estuvo allí.
¿Estuvo?
Tras de la imagen había una dedicatoria bastante borrosa, mas bién una mancha. Siguió viendo el retrato, y algo asi como una modorra, una somnolencia pesada lo invadió, y vio como la niña hacía gestos, como si hablara, con mucha ira, pero al igual que una película muda, sin emitir el mas minimo ruido. Esto lo trajo a la realidad. La niña seguía allí, como en una fotografía normal.
¿Normal?
Decidido a olvidarse de el asunto, salió pronto de la casa, subió a su taxi, encendió el motor, luego la radio, y salió a trabajar...
Dicen algunas personas, que a media tarde subió a su taxi una hermosisima mujer vestida de negro.
Fue la ultima vez que lo vieron.
Si se llevo el libro o no, lo cierto es que el libro jamas fue encontrado...

Texto agregado el 19-01-2013, y leído por 370 visitantes. (11 votos)


Lectores Opinan
18-06-2014 Muy entretenido tu cuento. Bien contado y con excelentes toques de suspenso. Me gusto mucho. AlexandroFaviano
24-02-2014 PD: La falta de inspiración es un estado mental. Igual que la edad, tienes la que tú aceptes y creas... hasta una mota de polvo puede tener luz, ser un mundo, un hada o un pensamiento fugaz ;) Ikalinen
24-02-2014 Se nota la influencia de mi querido Ray :) ... En todo caso, hay varios misterios abiertos en este relato, varios frentes que me gustaría retomar, enlazar, redondear y revolver - Creo que este texto da para escribir tres totalmente distintos, que convergieran en un punto. Una niña aprisionada en una foto escondida en un libro; una bibliotecaria misteriosa, quizás meiga, que maneja el vocablo de las runas, que la busca; y la mujer del taxi que podría ser... ah, las posibilidades son infinitas... Ikalinen
11-04-2013 Y es que los libros tienen sus misterios, a veces guardan historias que jamás leemos y otras tantas veces descubrimos entre sus hojas historias que jamás otros leyeron. 5*s Shou
10-04-2013 Lo leí de principio a fin con interés. Denota una narrativa perfecta, amena, fácil de leer por su contenido. ¡Orale! si esto es falta de inspiración, no sé creo que el alma de la mujer está ahí, en el taxi. (Bromeo). Mis 5 Enyd
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