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Alvaro Cunqueiro fue un excelente escritor gallego de cuyo rastro sólo me ha quedado un cuento irrelevante pero digno de su ingeniosa pluma. Se intitula “El gallo de Portugal”.
Reproduzco para el lector una sabrosa miscelánea del citado. “(…) Y en aquel mismo instante don Esmeraldino se puso rojo, azul, amarillo, rompió como cohete, y se convirtió en gallo: en un gallo muy hermoso y logrado, de cresta y rabilargo, que voló de un balcón a otro y terminó posándose en el hierro donde, como anuncio de mesón inglés, colgaba la tabla en que estaban las aspas mil, de las amorosas lides, índice completo”
Uruguay tiene un Presidente así mismo de espectacular: José Mujica, “el Pepe”. No es un espectáculo propiamente dicho pero sí un gallo singular como aquél.
Las agencias noticiosas internacionales hacen cola allí donde se encuentre; sea el edificio donde ejerce su mandato oficial, un cuadrado de vidrio de varios pisos enfrentado a nuestra vieja y solemne plaza principal, la Independencia. También una casona de principios del siglo XX, destinada a la vivienda del Presidente de turno, en la cual no vive y como máximo recibe gente según establezca la agenda que su apremiado Sub-Secretario lleva como una ristra de ajo al hombro, pues el “Pepe” es imprevisible.
Si la reunión es muy importante pero lo son mucho más los sobreentendidos y las guiñadas cómplices convoca a quien sea (del mundo ancho y ajeno) a su chacrita ubicada en un paraje no muy lejano de una zona un poco “difícil” de mi ciudad. También, ocasionalmente, a instancias del Canciller que era rubio y hoy tiene el pelo blanco como el papel, suele asistir por razones de protocolo, o de carácter muy pero muy reservado a un estancia frente a Buenos Aires, en Colonia, la de los Anchorena, un lugar paradisíaco destinado también al primer mandatario, propiedad otrora de un latifundista que uno no sabe muy bien cómo llegó a poder del Estado.
“Pepe” Mujica se escapó dos veces por la red cloacal de la enorme cárcel que engalana un barrio de la mosca loca, hoy convertida en un cholulo shopping. Estuvo siete años aislado, de cuartel en cuartel, comunicándose con sus compañeros de infierno por medio de golpecitos en la pared. Llegaron a jugar al ajedrez de ese modo. Nunca se les amilanó y los cagaba a puteadas a los milicos que le pegaban, se dice en varios libros editados por un par de guerrilleros que lo acompañaron.
Es inmortal, ya se sabe, y sus retaconas piernas chuecas no tienen descanso por uso y costumbre. Los médicos personales están de post-grado en post-grado para entenderlo, para analizarlo, para desentrañar el origen de la madera que compone ese cuerpo y esa mente privilegiados. Es marido de otra guerrillera de fuste, senadora de la República. Entre ambos comparten la vida marital plantando flores, rabanitos y lechugas, acompañados permanentemente de una perrita de cinco kilos y tres colmillos, la “Manuela”…y por supuesto los periodistas de todo el mundo escondidos detrás de los árboles.
El Sub es un muchacho joven, abogado competente, muy buen oyente y parlante talentoso que le hace los mandados al “Pepe” cuando el mundo… vale decir, todo lo que lo rodea, más los medios internaciones, no interpretan sus dichos.
La traducción al inglés es para el Sub-secretario un tormento que lo va a llevar prontamente a ocupar un puesto de ascensorista en un museo. El “Pepe” lo está matando.
Recientemente y antes de viajar a Venezuela sin un objetivo claro, salvo decir ¡presente¡ en la toma de mando de nuestro Chaves rejodido, los periodistas le preguntaron, en torno a la mesa de un oscuro boliche cercano al Mercado Modelo (principal centro de distribución de la verdura y la fruta que comen los montevideanos), qué opinaba respecto de algunas leyes importantes que los aguerridos parlamentarios (nuestros) conectaron de taquito, con marzo 2013; práctica constante del uruguayo cuando lo sorprende el verano y tiene cosas pendientes que pueden esperar. Transcurrido febrero Uruguay se despierta de una obscena siesta de tres meses. La ley es volver al laburo, negrito y ojeroso cuando ya el sol no es el mismo y la noche loca de Punta del Este torna a languidecer, y los niños a joder nuevamente con los deberes, la merienda y ese olor en los pies que da nauseas.
Como digo, las agencias no oriundas tienen un corresponsal full-time para este fenómeno mundial. En este caso se animó a interrogarlo un muchachito representante de la empresa periodística uruguaya “El País”, muy conocida en estos lares porque se hace llamar “diario” o “periódico” y en un par de páginas, de sus treinta o cuarenta dedicadas a la bobada, rejunta lo más pútrido del periodismo de derechas, lo más a la derecha posible (si es dictadura mucho mejor), pretexto que utiliza para que se le califique como “Organo de Prensa” al servicio de la libertad (y la información al día) de los tererratenientes y las Cámaras de Comercio e Industria .
El pibe, muy cándido, le pregunta a nuestro gallo de tres colores, en momentos en que revolvía displicentemente su café con leche, rodeado de moscas y peones de gorra de vasco que lo observaban con gran curiosidad, qué le parecía la actitud del Parlamento respecto a postergar la legalización de la libre asociación de los sexos, el casamiento entre machos, en fin; el membrillo ese que ya ha cobrado muchas víctimas de sotana y birrete. Estaba presente un corresponsal del New York Times que para la ocasión se había vestido con un traje de astronauta por las dudas.
El “Pepe” le contestó mascando una bizcocho: “Respecto a eso el Parlamento tiene absoluta independencia para tratar el tema cuando le “cante”, y sobre el asunto de fondo que vos me preguntás no tengo opinión: que cada cual haga de su vida un pito”. Dijo.
En la respuesta es evidente que nuestro gallo hizo una generosa concesión a las buenas costumbres. Un panameño que recogía notas para un canal televisivo de su país le tradujo la pregunta al yanqui. Pero como no llegó a escuchar completamente la respuesta le rogó al Sub se la tradujese al corresponsal.
Echando humo gris por los oídos inclinó la cabeza y casi en un susurro le informó:”Everyone can make your life a whistle”. El tipo pescó en el aire la picardía y a su vez le repreguntó al Sub -” But... ¿do not say ass instead of life?, a lo cual recibió como respuesta: …”Roosters are not fond of the word non-protocol”. El rubio del norte atinó a un …”This is what we need the Americans. Incredible, incredible…”
En ese mismo diario hoy sale un reportaje a Petru Valensky, reconocidísimo actor teatral, televisivo, del music-hall, café concert y sótanos afines, etc. Es declaradamente homosexual y la belleza de sus piernas más se la quisieran las fanáticas de Marlene Dietrich.
Petru, ya veterano, derrocha simpatía a raudales y es capaz de las zafadurías más increíbles pero en una línea ajena a la chabacanería de burdel. Un auténtico divo que trabaja todos los días del año, especialmente en fiestas privadas. Descansa, por así decirlo, un solo día del año, el viernes “Santo” de la “Semana” homónima, “Semana de Turismo” o “Semana de la Vuelta Ciclista” como se denomina por aquí a ese esperado tiempo de atorre. Todos los años concurre el “viernes santo” a un cementerio hermosísimo, blanco blanquísimo, erigido sobre una lomita verde, bien verde, adyacente a una localidad de encanto de hadas, levantada a las orillas de un río que divide en dos el país, llamada San Gregorio de Polanco (Dep. de Tacuarembó), convertida en un estudio de arte, abierto y enorme según un proyecto demencial llevado a cabo por la muchachada de la Facultad de Bellas Artes. Cuesta creer que haya gente con tanto cariño escondido.
Pintaron todas las casas como un cuadro de Picasso y no sé cuántas cosas más de similar maravilla. Yo participé de la sorpresa de muchos que, como todas las cosas asombrosas que se hacen en mi tierrita la gente las toma con fernet…y a otra cosa.
Los esqueletos y las calaveras lo esperan a la hora de cierre, aburridos de recibir tanta flor con olor a planta podrida, llantos y cuchicheos de viejitas. Se sientan en las losas, arman un mate, prenden su cigarro de chala y lo escuchan a Petru con mucha atención, como es tradicional en la gente de “tierra adentro”. Algunas calaveras, de tanta risa que les provoca pierden alguna pieza del esqueleto que después es bravo encontrar entre ese gentío de huesos.
Todo lo que toca Petru se convierte en oro.
Una pieza teatral por el protagonizada, intitulada “ Qulén le teme a Italia Fausta” se mantuvo en cartel durante dieciocho años. La bestia se bajaba del escenario con su impresionante minifalda y aquellas piernotas brillosas como un espejo, se desplazaba como pantera por el pasillo y elegía al “candidato”. El pobre tipo/a absorbido/a por el pánico, pretendía inútilmente esconderse de aquella mirada felina. Mientras un foco de luz iluminaba a la víctima, se le sentaba encima y luego de mil judeadas se lo llevaba del brazo para el escenario y bueno...
Yo todavía tengo algunas manchas verdes en la espalda fruto del “verano” que pasé ahí cierta vez. Me aseguraron que no es cáncer. “Usted seguramente sufrió alguna emoción al límite ¿no?”, me preguntó el nabo del especialista.
Bueno, en este extenso reportaje Petru hace gala de su fina cultura y algo más. Rememora parte de su pasado cruel, porque para el homosexual de cualquier lado la vida es cruel. Sólo los años y el carácter forjan al individuo que es capaz de comerse un meñique como los sicilianos a los que se refiere el sentenciado y aún no encontrado por la Maffia, Roberto Saviano.
Se separó de su pareja masculina (de añares) hace poco tiempo, aunque confiesa que mantienen la amistad y comparten cierto apoyo moral respecto al hijo varón de su ex pareja, un muchacho de veintitrés años, nos dice, estudioso, muy buena gente y “normal” según los juzgados de la moral.
Concluye el reportaje con un: “En fin… qué querés que te diga nene…que en mi vida he hecho de mi culo un pito. A esta altura es una filarmónica…como te podrás imaginar ¿no? (Carcajadas) “(Diario “El País de Montevideo-Uruguay, edición del 13/1/2013)
LUIS ALBERTO GONTADE ORSINI
Enero de 2012
Vuela, vuela mariposita y pósate donde quieras.


Texto agregado el 16-01-2013, y leído por 104 visitantes. (0 votos)


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