Ahora, que todavía puedes hacerlo, agradece a Dios por el regalo del presente y la vida que tiene, porque sabes de cierto que la recibiste sin antes haberla merecido.
Besa con ternura a tus padres, pues te fueron prestados por un tiempo tan solo. Ama a tus abuelos, pues en ellos está la semilla de tu inmortalidad. Crece sin que seas una molestia para todos los demás… no seas fatuo por los dones que posees, ellos son un regalo que debe enriquecer tu espíritu, no envanecerlos ni perturbarlos.
No hieras lo que jamáspodrás curar y se siempre trasparente en el amor.
Perdona siempre, ama siempre, agradece siempre. El amor no necesita razones para colmar tu espíritu. Si los necesitaría, no existiría, pues a la razón siempre le sobran motivos para expulsarlos de tu vida., si permites que le egoísmo se apodere de tu corazón.
Que te busquen por lo que eres, no por lo que tienes; que tu mejor dadiva sea la de ti mismo y tu cariño, que tu éxito no se finque en la derrota ajena y recuerda siempre que no naciste para ser feliz, sino para perseguir tenazmente la felicidad.
Porque a muchos, y quizás tú conoces algunos, que ya no tiene tiempo ni siquiera para sentir que están despiertos. En ellos los amaneceres y los atardeceres se han confundido en una rutina asfixiante, estéril y sin sentido. Hay muchos que ya no tienen padres a los cuales amar, o si están vivos han pasado por alguna separación la cual hace que ya no posean una familia unida en sí. Ni amigos que cultivar.
Están solos en medio de la multitud. Por pensar en el futuro, se olvidaron del presente; por crecer egoístamente, se olvidaron de los demás y llenos de cosas superfluas y de vanidades, acabaron a su vez por todos, o si acaso, tolerados por algunos.
Hay muchos con casas suntuosas, pero sin hogares adentro; con grandes posesiones, pero sin un amigo sincero; con mucha sabiduría pero intolerantes e insoportables; inertes y necios creyentes en la conducción de una vida cuyo control no tienen, sino que son controlados por las circunstancias, porque al llenar su vida con tantas trivialidades, solo son ahora un desfile interminable de detalles patéticos sin colorido ni redención posible.
Hay muchos que viven el desamor y la desesperanza; hay muchos atentos a los intereses bancarios, pero no a su familia; adoradores del becerro del oro incapaces de percatarse del hermoso rubí que fue un día su corazón, hoy convertido en duro diamante, costoso pero que sirve solo para lucirse; hay muchos que tienen que soportar la soledad y el abandono en el retorico y cruel paraíso de su vida. Hay muchos cuyas ilusiones terminaron y siguen vivos; que no necesiten nada y carecen de lo esencial y aquellos que aún están aquí , sin siquiera saber porque.
Pero tú, que aun tienes tiempo, llénalo de una vida autentica y no de las ficciones con que tantas veces te conformas.
Arroja de tu corazón el abigarrado equipaje del saltimbanqui con que presumes y revístelo con el cariño que eres capaz de sembrar, porque es lo único que cosecharas. Piensa que un día solo serás, como dice el poeta, un viejo y roto violín, lleno de polvo y arrumbado en un rincón, pero que podrás recobrar tu antiguo esplendor, ejecutando de nuevo la música que entonces sabiamente pulsaste y que, con sus acordes, proporcionaste armonía al universo.
Y así asombrado veras que una mañana, el autor de la vida podrá llevarte hasta el séptimo cielo y en el silencio de la eternidad, arrancara de ti esa misma melodía antigua que fuiste capaz de ejecutar cuando tuviste tiempo y que aún permanece oculta en el misterio de tu corazón con sus inmortales arpegios, como sonata que canta la maravilla que la vida es y en ti fue……………..
(El camino)
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