Te gusta que la noche riegue nuestra habitación
siempre estás deseando un óleo de estrellas
que nos acompañe en un rito de insonoros movimientos
mientras el ambiente come de nuestros cuerpo el calor
y todos los placeres de néctares nos llenan.
Las cúspides de tu cuerpo se accionan con un beso
húmedo pincel cargado de lascivas frases
como voces ocultas tras los árboles de un jardín
donde a decirse su cariño dos adolescente juegan.
Me sirves el vino de tus cosechas más selectas
en cada impulso sutil, de mi cuerpo hacia tu estrechez
donde canales de sabores dulces emergen
llevando en su regazo lirios adormecidos.
Y nadando en los perfumes embelesantes
nuestras bocas por sí solas juegan
en el silencio de una bóveda celeste
que al rededor de nuestra alcoba sus raíces echa.
Texto agregado el 13-01-2013, y leído por 130
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
17-01-2013
Manuel: felicitaciones, una belleza de poema, todo sensualidad en cada verso.
********************** tequendama
17-01-2013
eroticamente sensual bajo un velo poetico. (me ha quedado cursi de la muerte) elisatab
15-01-2013
Hermoso y sensual. elpinero
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