¿Por qué te mueves indiferente a mis llamadas? Ya sé que no hablas mi idioma, y que vives en un país brumoso e inhóspito, donde la gente no se besa por la calle, porque sois puritanos hasta el tuétano y animales de sangre fría como los témpanos de hielo y no sabéis lo que es tener la piel dorada por el sol y la sangre erguida, sino que sois pálidos como los espíritus y transparentes como la muerte. Antes de dejarte abrazar por el lúbrico océano, vuélvete y sonríe, siquiera levemente, para soñar luego con la niña de la guirnalda en el pelo y los pies descalzos.
Juan Yanes
Texto agregado el 13-01-2013, y leído por 169
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