Todo por el sumidero y ahora estoy agobiado,
parece que los días terribles se hacen largos,
estoy en la punta de una colina,
y por centésima vez he buscado una respuesta entre un amasijo de porquería.
Hoy provoco un desmán en mi cabeza,
hoy toda la preocupación vuela,
le tramité un pasaporte,
y se fue a la mierda.
Mi encéfalo explotó,
y me recosté bajo el chaparrón,
estoy tan mojado pero ya no importa,
ya nada realmente importa.
Alguien pedía ayuda a gritos,
pero mi consiente se ha esfumado,
de nuevo soy una marioneta,
un alma grisácea por la ceniza.
La tristeza se ha consumido sola,
el aire me ahoga pero no me mata,
me he dejado llevar,
ya no soy esclavo de tu sensualidad.
Me he liberado de la furia,
queme su partitura
bajo el árbol de capulí,
me la trague y exhale
un verso para nos.
Siento el frio y me voy de aquí,
me voy de este plano,
un absurdo pensamiento me ha llevado al nirvana,
estoy volando sobre la ciudad,
estoy jugando a la ruleta rusa.
Es mi karma sin color,
es mi adicción a los estupefacientes,
las pirámides y las galaxias
son unas luces palpitantes a lo lejos.
Una bocanada de aire me ha quemado,
mi mirada ha sido absorbida por la psicastenia,
mi cuerpo yace entre las hierbas,
estoy (esta) tan pálido.
Es un descenso por un espiral de autodestrucción,
que me ha enfrascado en mi cuerpo moribundo
recobro mis pensamientos vagos,
el náufrago ha encontrado una isla habitada.
Ya no jale el gatillo,
pero todo fue fuera de este mundo,
ahora la luna es la que me vio
y no fue un lindo espectáculo.
Solo puedo balbucear,
el frió me duele en las orejas
y recibí un susurro del viento
me dijo que tenía solución para mis pesadillas.
El bosque esta mudo,
y yo aún poseo poesía
la helada madrugada ha sido
cómplice de mi bodrioso verbo.
Mis lágrimas escarchadas
están fugitivas en mi rostro,
ya no sé nada,
y la esperanza es nada.
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