frente a mi soledad, me dije qué era la vida... ella, cual leal perro, calló... solté un aliento mas, luego otro, así como quien fuma y maniobra figuras en el cielo...debo tener mas edad que la que tengo, me dije... la eternidad se adhiere a mi ser como un niño lactante... qué puedo hacer sabiendo que moriré, le dije a la eternidad... ella calló y luego, solté un aliento mas...
cerré los ojos y no quise saber mas nada de nada... el vivir suele mezclarse como harina con manteca, saliendo una masa lista para el horneado... el horno de mi existencia es el tiempo... saldré como un pan... y el humo de la cocción será mi alma, que se irá de donde vino...
miro mis carnes, flácidas... miro mis ojos, mis manos y mis piernas... un cuerpo gastado, a punto de metamorfosearse... de ella brotará el gusano mas bello... y de ella nacerán mis mas bellas letras...
no soy un niño, soy un aliento, me dijo el silencio... a su lado estaba Dios... quise preguntarle algo mas, pero la dejé, soltando un aliento mas... voy directo a mi verdad... dentro de poco nacerá un recuerdo y dentro de otro, volveré a dejar un aliento mas... |