Ya no temo a las tragedias griegas de antaño
ni al soplar de los infiernos sobre mil gentes.
Ya no espero las cálidas manos de mis sueños
ni a las princesas de cuentos celestes.
Ya no quiero veladas de rutinas de antaño
ni las mariposas que me miran de frente.
Ya no deseo las cárceles de encantos
ni al destino que me envuelve perenne.
Texto agregado el 11-01-2013, y leído por 213
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Lectores Opinan
08-02-2013
Muy bello, con una música irresistible! chocolate2008