El niño que lanza,
su avión de papel
derecho a la luna,
sus ojos: tras él...
se pierde en la altura.
En plena nariz,
de la bella Luna,
golpea la nave:
la Luna estornuda,
¡ah, ah, ah... a... chísss!
Ese gran ¡ah, ah, chissss!
sacude las nubes,
produce tormenta,
se apagan las luces.
La mamá le ruega:
-¡Juanito, no vayas!-
-¡Juanito, no subas!
Lloraba la madre.
Es noche de luna;
de nubes oscuras.
El niño que trepa,
a la cima del árbol,
su mamá en el suelo
con ojos de espanto.
Juanito: en la punta.
El álamo oscila:
va de lado a lado.
El niño se asusta:
-¡Mamá... que me caigo!...
¡El avión!... ¡Milagro!
Juanito se aferra,
a su avión de papel,
que vuelve hacia abajo.
Su mamá, contenta,
le acoge en sus brazos...
(Como éste es un cuento
en versos contado
tiene fantasías:
perdonadme, entonces,
si es que he exagerado.) |