Reposo en la azotea,
contemplando traviesos pajarillos
que simulan bailar entre el matorral,
nutridos de libertad.
Embaucado en miel i hiel
vacío mi mirada
en la avenida,
en una chica bella i tonta.
Maltrecho trago la bilis de un turbulento ayer,
ebrio de aire i estático en una silla,
dejó que el tiempo me aniquile
cual verdugo severo decapita a un arrepentido condenado.
Frívolo observo,
al sol en cobarde acto escapar
i mientras huye distrae con destellos
de naranjacea difusión.
Suspirante doy un paso,
ante la puesta de la imperial ciudad
aspiro inspiración áspera
en la quietud de lo inmenso.
Cabizbajo me retiro,
en nupcias lésbicas entre estrellas
entre arroz estelar que tan solo compite
con un astro fugaz.
Texto agregado el 10-01-2013, y leído por 168
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