Extracto de una historia en proceso...

No puedo articular palabra alguna y sólo veo cómo tu silueta se va perdiendo en la oscuridad de la noche, abotono mi abrigo y me dispongo a caminar a la casa de mi abuela. Ya estando dentro de aquel cuarto otra vez, un motón de imágenes difusas llena mi mente. ¿Qué es lo que realmente quería mi abuela haciéndome pasar por estas cosas? ¿Serían sólo desvaríos de una vieja en sus últimos días de vida?... Me siento en medio de la habitación tratando de recordar que es lo que había sucedido aquella noche. Me recosté, tomé el tubito, apagó la vela y…silencio! No, silencio no. Recuerdo escuchar nuestra respiración lenta, marcando el tiempo; no sé cuánto tiempo pasó hasta que de entre la oscuridad total comencé a distinguir formas. Si, eran formas y colores; un campo verde, un cielo despejado, ojos, rocas, un bebé naciendo de las flores, listones rojos, aves de colores, curvas, agua, mar, soles, estrellas, el universo cayendo por una catarata, fusión, ¿mi cuerpo, dónde está mi cuerpo?...Escuchaba su voz pero no entendía el significado de sus palabras. ¡El cuaderno! No le pregunté qué es lo que había escrito en el cuaderno esa noche… todo fue tan, tan…EXTRAÑO!! Desperté y sentí sus manos sosteniendo las mías con firmeza, prendió la vela y pude ver sus ojos… ¿Realmente habrá visto lo mismo que yo?
[Me levanto, tomo la vela y me dirijo a la salida. Apago la vela y al abrir la puerta…]