Nací para adorarte-
eres tu mi luz mi estrella-
desde la tarde aquella-
cuando pude contemplarte.-
Nunca dejo de pensarte-
poco y nada me intereza-
tu ser a mi me apresa-
cuando llega tu elegancia-
luego con tu arrogancia-
me sumes en la tristeza.
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El corazón con su latir-
tu presencia me reclama-
a diario su proclama-
se ha vuelto mi feo sufrir-
ya no puedo resistir-
este mi mortal castigo-
tu amor nunca fue conmigo-
tu muy bien me has preparado-
para vivir lastimado-
y morir como mendigo.
Texto agregado el 07-01-2013, y leído por 116
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