puedo beber tus lagrimas para hacerte sonreír,
y puedo limpiar la angustia en tu almohada
para inventarme tu sonrisa,
trate mil y una vez aspirar tus miedos, trate,
pero en mi insuficiente intento,
se durmieron en mi pecho
hasta hacerme sangrar, hasta verme derrapar
puedo amoldar tus gritos,
y transformarlos en una dulce melodía de piano y violines,
puedo decirte que mi vida es tuya, y consigo la escasa alegría,
la alegría cuando bailas, cuando la fuerza te levanta,
cuando me llevas de la mano por la colorida ciudad,
floreada y no oscura solo si estas
puedo flamear en mi orgullo si no da resultado,
puedo ahogarme en mi llanto
con el vaso a un costado,
y podrán devorarme con ansias el cráneo,
los gusanos de la desolación,
los diluvios de la resignación,
los cansados robles tartamudos,
cuando aúllan casi mudos
los deshielos del amor
puedo y creo que debo,
o el asunto es que deba y no crea poder,
pero que inevitable pensarlo,
inevitable repasar,
¿donde estarás aquel día en que las muertas estrellas
no quieran alumbrar? |