DESDE EL CUORE



En el paisaje de mi infancia tengo

un barrio pobre, con sus casas bajas,

y un overol con su sonrisa buena

que ponía el marroco en nuestra mesa.

El piberío atorrante y noble,

como las madres que lo habían parido.

la pelota de trapo y las bolitas

donde se acrisolaban los amigos.

Los sensibleros versos de Gagliardi,

que alimentaron mi berretín de bardo,

me enseñaron a mirar los adoquines,

y entre sus grietas ver nacer el pasto.

Mi barrio, mi familia, mis amigos,

trilogía escuela de mi vida,

con el cuore cachuzo los recuerdo.

Que solo muere, aquello que se olvida.



el maldito