Una brisa suave golpeaba las ramas de los arboles y las flores de varios colores, el canto y trinar de varios pájaros se escuchaba a lo lejos, una grama verde y muy bien cuidada tapizaba todo el cementerio, una ardilla con su cola larga y peluda deambulaba por la grama espesa y verde; un silencio casi sepulcral fue interrumpido por unos golpes, sonaba como si alguien estuviera dando contra la madera, una y otra vez los golpes se oyeron por todo el campo santo, a lo lejos una voz bajo tierra decía:
-ábranme, por favor, ábranme-
Otros inquilinos del cementerio notaron la algarabía que hacia el personaje que golpeaba con mucha fuerza su ataúd de madera, cada quien despertó de su letargo sueño, uno de ellos dijo:
-que alboroto es este, ¿Qué es lo que pasa?-
-es uno de los nuevos, lo acaban de traer-dijo un muerto de la tumba de al lado.
-siempre pasa con los nuevos inquilinos-dijo un sepultado.
-corran la voz y díganle al que tiene a la par que le pregunte, ¿porque esta golpeando tanto?-dijo otro sepultado.
El que estaba al lado suyo con un poco de enojo le pregunto:
-¿Qué te pasa, porque estas golpeando el ataúd?-
El recién llegado oyó lo que le habían preguntado y le contesto:
-donde estoy, que estoy haciendo aquí, porque me tienen encerrado-
-todavía no te has dado cuenta ¿verdad?-le dijo el sepultado de al lado.
-darme cuenta, ¿de que?-le preguntó el nuevo inquilino.
-Estas en tu ultima morada, has pasado a mejor vida mi amigo, en pocas palabras y para que me entiendas, estas completamente muerto y sepultado-le dijo el de al lado.
-no puede ser, pero yo me siento vivo todavía, tuvo que haber sido una equivocación-
-eso pasa cuando estas recién llegado, así nos sentimos todos alguna vez, solo es cuestión de tiempo para que te acostumbres, tómalo con calma, serénate, descansa y espera que todo tome su rumbo normal-le dijo.
-¡es mentira! No puede ser, me han engañado, me dijeron que me iría para el cielo, en un lugar donde no se sufre, donde se la pasa bien uno, donde no hay preocupaciones-dijo el recién llegado.
Un sepultado que tenía en su tumba una cruz con un cristo crucificado oyó la conversación y dijo:
-eso mismo me dijeron a mí también y todavía estoy acá esperando-
-¿Cómo es eso?-le pregunto el recién llegado.
El sepultado que tenía en su tumba la cruz con un cristo crucificado, notó que este no tenía ningún símbolo en su lapida, al ver esto le dijo:
-estas recién llegado y no te puedo diferenciar tus creencias, todavía no te han venido a poner algo que te diferencie de los demás, pero eso me paso a mi también, esto fue lo que me dijeron: “Nuestro cuerpo se corrompe, pero el alma va hacia Dios, de ahí tiene lugar el juicio para cada uno de nosotros, si fuiste bueno iras al cielo, si fuiste malo iras al infierno, aunque también esta la posibilidad de quedar en el purgatorio, donde purificas tus pecados no tan veniales, nuestros parientes nos pueden ayudar a entrar al cielo a través de sus rezos en la misa”; pero creo que nunca van porque todavía sigo aquí-.
Cada quien fue tomando parte en la discusión, otros sepultados comentaban entre si y al unísono dijeron también que a ellos los habían engañado, un dilema post-mortem se había suscitado, otro sepultado que tenía en su lápida una estrella con seis puntas dijo:
-tengan paciencia, todo a su tiempo, que no saben que el espíritu va y viene de su tumba, están físicamente, pero su espíritu va y viene como el viento que sopla en este apacible cementerio, estamos huyendo del sufrimiento que tuvimos en vida, no hay que preocuparse-
-no, yo me quiero regresar, ayúdenme a salir-dijo el recién llegado.
-eso es totalmente imposible, eres de los mas modernos, a ti te han sepultado con planchas de concreto y cemento, es imposible levantar esas planchas-dijo un sepultado.
-por lo menos muchos de nosotros estamos sepultados con tierra sobre nosotros, es mas fácil así, ¿creo?-dijo otro sepultado.
Otro sepultado que tenía en su lapida una media luna y frases en un idioma de lejano oriente dijo:
-tranquilos, casi concuerdo con el de la lapida que tiene al cristo crucificado, esperemos, que todos seremos juzgados según nuestras obras, dependiendo de como fuiste en vida, así te iras al infierno o al cielo, estamos en un estado de completa inconciencia y un sueño eterno-.
-ustedes sean puesto de acuerdo quizás, suena a lo mismo, pero no fue lo que me dijeron a mi, a si que exijo que me saquen de una vez por todas, se los exijo-dijo el recién llegado un poco molesto.
Otro sepultado que tenía en su tumba una imagen de una persona con cuatro manos, tenía los pies entrecruzados, estaba la imagen adornada con guirnaldas de varios colores, tenía también unas candelas de incienso, al oír toda la discusión tomo parte en ella diciendo:
-tranquilos estamos en un final feliz de nuestro penoso camino, rencarnaremos de nuevo en este mundo, solo que no les aseguro que sea en un cuerpo humano, podemos hacerlo en cualquier criatura viva que exista en este mundo; depende de tus acciones que hiciste en vida así vas a rencarnar en este mundo-
Un sepultado lo interrumpió diciéndole:
-tu que haces aquí, ¿Qué no los creman a ustedes?, no deberías estar acá-
-como muchos de ustedes saben, ya uno muerto no puede decidir que hacer con nuestro cuerpo, mi familiares se encargaron de todo y así es como vine a para acá, que iba yo a poder decirles que me cremaran o que me sepultaran, dejémonos de paja a todos ustedes les paso lo mismo, otros tomaron la decisión por ustedes-dijo el de la tumba con la figura de cuatro manos y los pies entrecruzados.
-yo deje algo por escrito para que me sepultaran de la mejor manera posible, lo deje plasmado ante la presencia de un notario-dijo un sepultado.
-pues parece que al final no sirvió de nada, porque estas como muchos de nosotros, con una simple cruz y una inscripción que dice que no fuiste muy bueno con tus parientes-dijo otro sepultado.
-me las van a pagar estos jodidos, cuando pueda los llego a asustar o jalarles lo pies cuando estén dormidos-dijo indignado el sepultado.
-¿perdón, pero quien dijo que podíamos rencarnar en otras criaturas?-pregunto un sepultado.
El sepultado que tenía en su lapida la figura de las cuatro manos y los pies entrecruzados le dijo:
-yo fui, ¿Por qué amigo sepultado?-
-yo creo mis enemigos ya rencarnaron y me están cobrando todo lo que les hice en vida-
-¿a que te refieres?-le pregunto
-estoy totalmente lleno de muchos gusanos color blanco y me están devorando poco a poco, solo voy a quedar en huesos-dijo el sepultado.
-por eso dije depende de tus acciones que hiciste en vida, así vas a rencarnar-le contestó el otro sepultado.
Poco a poco la tranquilidad fue tomando su rumbo normal, la brisa suave y fresca volvió a mover las ramas de los arboles, una flores de colores llamativos cayeron de sus plantas por efecto de la brisa, el trinar y canto de los pájaros se volvió a oír y la ardilla con su cola grande y peluda volvió a juguetear y pasear en la grama verde del cementerio, habían pasado un par de días cuando el nuevo inquilino fue despertado por unos golpes, eran como si alguien quisiera salir y tocaba muy fuerte en la madera, poco a poco los otros sepultados fueron despertándose y el que tenia al lado le dijo:
-no me digas que todavía no te has adaptado y acostumbrado, ya te habíamos explicado como es esta situación, ¿o no?-
-pues no soy yo el que esta haciendo el ruido-le contesto.
-¿y de donde viene ese ruido?-preguntaron otros sepultados.
Una imagen de mármol que estaba puesta encima de una lapida, estaba toda pintada en color blanco y sobresaltaba por su pulcritud, la imagen que representaba a un querubín tenia una arpa entre sus manos, la toco y el sonido llamo la atención de todos los sepultados incluyendo al que ese momento era el nuevo inquilino, toco de nuevo el arpa y les dijo:
-parece que ha llegado otro inquilino, esta justo al lado del que fue nuestro ex-inquilino nuevo, el campo santo como muchos de ustedes saben y en aras de obtener mas ganancias ha hecho nichos de 4 0 6 personas, tenemos ahora un nuevo inquilino-
-conozco esa voz, me parece conocida-dijo el que para ese entonces era el nuevo inquilino.
-Carmen, ¿eres tu?, pero que haces acá-le pregunto.
-como que hago acá, lo mismo que vos, explícame y exijo saber ¿Por qué me han traído?-le dijo la ahora nueva inquilina.
-mira, te voy a explicar, estamos en un sueño profundo….-
La nueva inquilina lo interrumpió y no paraba de hablar, le decía:
-mira exijo que me saquen de aquí, esto no puede ser, ayúdame a salir de aquí, ya tienes tu rato de estar acá, como mi esposo o no se si decirte ex-esposo, tenes la obligación de sacarme de este lugar, te lo exijo por completo, no puede ser, lo que me han hecho…-decía la nueva inquilina y no paraba de hablar.
-tranquilos, tranquilos yo me encargo de esta situación-les dijo él que había sido el nuevo inquilino.
Los demás sepultados se dieron cuenta de que tenían a un matrimonio o mejor dicho a una pareja de sepultados, varios de ellos dijeron:
-que se las arregle él mismo, con la nueva inquilina-
-ya le explicamos como es el asunto, que le explique él a ella-
Otros sepultados algo molestos por el ruido y la situación dijeron:
-Descansar en paz quien va a poder descansar en paz con estos ruidos-
-ya estos campos santos no atinan, de tantos nichos que ofrecen después vamos a estar como multifamiliares uno encima de otro y en varios pisos-.
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