Camine por los rincones y recovecos
mas ocultos del bosque muerto,
mientras que la luna se negaba a iluminarme,
las inmensas y fantasmales nubes
dibujaban formas tan monstruosas,
formas de demonios al acecho,
respire el nostálgico aire helado,
hasta que mis huesos se tornaron densos de tristeza
y mis bronquios lentamente se cerraron
al ritmo menguante del corazón enfriado

en este gran, grandisimo bosque muerto,
se vuelve dificultoso encontrar la salida,
mi razón lo sabia pero mis oídos no oían,
asi fue que aun mas me adentre
a las profundidades de este abismo,
donde lloran mientras despiertan
las criaturas de esta tierra,
de pronto la luna por fin cedió,
atravesando con sus dagas de luz plateada
las espesas nubes negras,
mostrándome solo, viéndome solo,
entre las ramas de los sonámbulos arboles,
entre mis desilusiones y mis odios

maldije y maldije!, y ahora vuelvo a maldecir,
a los rincones y recovecos mas ocultos
del bosque muerto,
a las inmensas y fantasmales nubes negras
que en plena madrugada nuestra mente crean,
maldije una vez mas, otra vez y otra vez,
al nostálgico aire helado,
lleno de recuerdos muertos de hambre,
como los animales dentro de estas cuevas
sueñan, sueñan con cadáveres,
ahuyente a mi tristeza,
implore que en este bosque muerto yo encuentre la belleza,
para guiarme con ella y encontrar la salida y llegar a la arena,
y besar con los pies a la orilla,
y renovar con el alba mis pupilas,
y salir, salir, del inmenso bosque muerto,
donde al llegar la mañana, todo cambia,
todo reluce, todo es calma y todo es bello,
y yo habré renunciado, estaré profundo en mi sueño,