Tras la senda del tiempo extraviado en el recuerdo difuso,
brotan imágenes entrecortadas, efímeros destellos tras la nublada superficie,
flotan recuerdos desgastados, rencores acumulados sin el perdón que les permita escapar hacia el olvido.
Estoy volviendo la mente atrás, y ya nada es lo que parece, ni por asomo como lo recordara entonces, donde las pinceladas se desdibujan tras cada parpadeo, y se vuelven polvo, y caen con la lluvia transparente.
Burbujas de dedos entrelazados que no me corresponden, manos que no me pertenecen acaso nunca más,
critales rotos de confianza perdida y manchada,
estela turbia de intentos fallidos,
prismas de labios fragmentados y rostros descompuestos por el llanto, suspiros que no encuentran destinatario,
y una sonrisa que no es mía, me mira desde el otro lado del reflejo de la superficie, la cual golpeo porque no me es agradable.
Floto, medito mientras guardo silencio y me mantengo recostado en una superficie tranquila, cual remanso que al fondo acumula todos los fragmentos que poco a poco salen a la luz para desvanecerse mientras duelen un poco a su paso, en este prisma temporal en que se vuelve mi mente después de todo.
Me estoy alejando de todo lo que acaso nunca busqué, voy a mi paso en busca de una quimera que se aleja de mi horizonte tras cada paso, imágenes que van quedando tras de mi, se transmutan sin siquiera darme cuenta, el vientre ajeno me ha dejado salir y desde que me he puesto en pie, sigo sin detenerme, me han obligado a desprenderte de todo, y ahora no sé de dónde asirme mientras todo se difumina y desvanece a mi alrededor. |