Quisiera decir que no me sueles doler tan a menudo,
que no te pienso como la posibilidad aún latente,
de una historia juntos que hace ya tanto terminó. Pero no se mentirme...

Y me preocupo, y te sigo pensando acaso demasiado. Necio que sigue sin ver lo evidente y lo obvio, una vez que tú ya has puesto el amor en el nombre de alguien más.

Me reprocho esta obtusa necesidad de estar al lado tuyo, con todo y lo que implique que hayas cambiado de página desde hace ya tanto y a mi parecer por tan poco.

Quisiera decir algo que te haga mirarme de nuevo con esos ojos que lloraron tanto por mí... pero verte feliz a mi lado es lo que mas deseo. Te escucho y miro tus letras, eso demasiado. Y no avanzo en tu espera.

Lamento no poder ser el amigo que acaso necesitas, el hombro sobre el cual llorar y desahogarte requieres, pero se que no quieres ser la parte que me complemente, la compañera que busco; supongo entonces que estamos a mano... Porque puedo ser eso y mucho más, sólo que acaso yo pido demasiado.

Cada paso me aleja más irremediablemente de ti, y a la distancia comprobaré lo que sé y me niego aceptar, pensaré en nuestro pasado como algo necesario que tuve que soltar cuando más amaba, por seguir mi camino donde eras solo una estación en la cual quise anidar para volar juntos, dejando mi huella tras tu piel y tu paso.

Quise fueras la novela de mi vida, donde decidiste ser sólo un capítulo y es hasta ahora que lo entiendo, porque llegó la luz del entendimiento oculto tras la neblina que me significó tu partida, tan inevitable como absoluta.

Quisiera decir que todo esto es definitivo, pero nada lo es... Hice cuanto creí, y acaso más de lo necesario. Seguí a tu regreso en la espera continua durante tanto, que me olvidé de mí, y te antepuse como no supe siempre, hasta que tarde me cuenta di, de que si quedaste en mi pasado, fue porque no encontraste o quisiste un lugar en mi futuro.