Cuando el mes de Diciembre comienza, las oficinas del correo empiezan a recibir cartas con la misma dirección obviamente escritas por manos infantiles que leen en el sobre:

Santa Claus
Polo Norte

El número de tales cartitas aumenta conforme la Navidad se aproxima llegando así a los miles. No especificando a que parte del polo mandarlas, la costumbre se ha hecho el de juntarlas y repartirlas entre organizaciones caritativas a las que el público dona juguetes para luego dárselas en Navidad a niños necesitados. En las cartitas, por supuesto, los miños piden lo que esperan que Santa Claus les traiga.
Llegando ya la Navidad se aparece una ancianita en el correo, lenta y con el cabello cano, porta una de estas cartas que le entrega al dependiente directamente en sus manos, la letra de la dirección no es infantil. Ambos sonríen y la viejecita se retira. Más tarde, cuando las oficinas se cierran, el empleado comenta lo sucedido con sus compañeros y todos deciden abrir la carta para ver lo que contiene. La carta lee así:
-Querido Santa Claus:
Discúlpame por esta carta pero esta Navidad necesito de tu ayuda, me encuentro en un atolladero, por gastar en remedios se me han me han juntado los cobros de electricidad, agua y gas y no quisiera que me los cortaran en estos meses de frío. De niña siempre te acordaste de mi, ahora vieja y sola pues...¿Crees que me podrías mandar unos $200.00? si algo sobra lo gastaré en comida. No te olvides de mi ,muchas gracias.-
María Ester

La carta conmueve a los empleados que deciden juntar el dinero entre ellos y remitírselo a la viejecita. Siendo oficina local, es pequeña, son ellos solamente nueve, contribuyen $20.00 cada uno y así logran juntar $180.00 piensan que peor es nada y algo algo y se lo remiten.
Pasada la Navidad y el 27 de Diciembre, se abren de nuevo las oficinas y grande es su sorpresa cuando ven llegar a la vijecita portando otra carta con la misma dirección. Curiosos juntos al cerrar, se juntan todos pra leer la cartita que lee:

-Querido Santa Claus:
Muchas, muchas gracias por el dinerito que me sacó de apuros. Eres muy bueno, no me olvidaste. De nuevo te lo agradezco.
Maria Ester
PD
Sé que podías hacerlo, te pedí $200.00 y me llegaron $180.00. Sin duda que estos canijos empleados del correo se clavaron $20.00. ¡Sinvergüenzas!
Vale