Muchas gracias por el abanico
de sonrisas, que nos dimos
tan sólo por la brisa misma
de reflejos, de destellos
que corrían -en algún sitio
entre los dientes y los ojos-
como ráfagas o mareas
de luz entre nosotros.
Muchas gracias. Y adiós.
Y hasta la próxima
vuelta
de la espiral.
Nos veremos
en los relámpagos
del viento
-como un presentimiento-.
El agua vuelve al mar
y todo fuego hacia los cielos
-como una epifanía-
Buscando el corazón del sol.
Celebro el encuentro de nosotros.
Texto agregado el 27-12-2012, y leído por 102
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Lectores Opinan
28-12-2012
triste... melancolico, me gusto. un abrazo!!!!!
cinco aullidos.
P.D.
mi bici también vuela... yar