Dicen que aprender a andar en bicicleta es algo que nunca se olvida. Quizás sea cierto.
Pero como me gusta jugar con mi mente y buscar analogías, quise agregar un corolario: quien aprende a estar solo, lo aprende para siempre.
Y me sentí orgulloso por haber sido tan ingenioso.
Ahora, más que orgulloso, me siento bastante tonto.
No pretendo decir que mi razonamiento haya sido completamente errado, pero a mi no me funcionó.
Por lo menos, no todavía.
Capaz que me falta tiempo; capaz que también para volver a andar en bicicleta hace falta tiempo.
Yo había asumido que era algo inmediato, y quizás allí estuvo mi error.
Claro, hay un pequeño detalle: se puede vivir perfectamente bien sin andar en bicicleta, pero saber estar solo no es algo tan natural... por lo menos eso dicen.
Todo eso de que somos seres sociables, que los demás nos complementan y nos potencian, que prácticamente estamos destinados a compartir con otros nuestras vidas, y bla, bla, bla.
Yo pensaba que era tan solo una teoria creada para hacer funcionar esta extraña sociedad que se pretende imponer como algo "bueno", para mantener el orden y evitar el caos.
Y todavía no estoy seguro: capaz que me falta tiempo.
Será que soy un viejo rebelde.
Será que soy un necio.
Será que no quiero resignarme.
O será que ya morí, y ni cuenta me di!
El tiempo dirá... capaz que me compro una bicicleta.