Las monedas, Lulú, las sigo juntando.
Se van amontonando dentro del garrafón de agua,
Son como pequeños porfavores y ya vuelves que te acumulo.
Ya pesan tanto, Lulú, no me atrevo ni a contarlos.
Las mañanas se han vuelto una rutina casi fúnebre,
La hoya de la cafetera sólo se llena al indicador de una tasa,
Sin embargo hay una línea café en dos tasas.
Ella sabe que está pasando, Lulú, me culpa todas las mañanas.
Y las sillas de la terraza no se veían tan distantes desde hace ya muchas tasas,
Se ven tan tristes, Lulú, ya ni me voltean a ver cuando paso por la puerta corrediza.
Y es que te juro que hasta las paredes se han vuelto mudas, Lulú.
El silencio me está dejando sordo carta por carta.
Él único que no me juzga es el salero o quizá ya sólo me quiere echar la sal,
He llegado al punto de no hablar en días, Lulú.
Ando por la casa como buscando algo, subo y bajo abriendo puertas,
Buscando excusas para extrañarte más.
Siempre fuiste así, Lulú, constantemente esporádica,
Un patrón de esos tuyos, como tu impuntualidad precisa.
Como tu costumbre de robarte las paletas de la batidora cuando hacíamos panqueques,
Claro, hasta que perdiste una y desde entonces tuvimos una batidora coja.
A veces camino por el parque y me detengo a buscarte en los columpios desde afuera,
Quizá sigas tratando de aprender a tomar vuelo.
Como aquél jueves, ¿recuerdas? Que coordinación tan mala, Lulú.
Aun así no te quito el título de la más linda del mundo intentando.
No esperaba que te decepcionaras tanto al no poder,
Todo un viernes dedicado a clases de columpio, increíble, Lulú.
Con tal de que los niños no se burlaran más de ti,
Nunca dejaste de ser tú, Lulú, tan perfecta.
Y yo, quieto viéndote desde la banca, fingiendo leer,
Pero como siempre, en un coma de tiempo viéndote.
Increíble que cosa tan simple te diera tal sonrisa, Lulú.
Tal sonrisa tan increíble, Lourdes.
Los árboles van perdiendo hojas, ellas caen cafemente felices porque cumplieron su propósito,
Yo sigo en uno de esos comas de tiempo que siempre me causabas cuando te veía.
Se me va la mirada y nunca vuelve,
Ella sigue buscándote por toda la casa.
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