Era una noche de verano como tantas otras... Camine descalza hacia mi cama, con la firme disposición de dormirme, mire el reloj de la mesita de noche, y me quede pensando en el día que tuve, odiando mi trabajo... Odiándolo todo.
En un momento me dormí... Y luego comencé a sentir frio en mis pies, frio en mi cuerpo, consciente del calor veraniego, mi mente parecía reaccionar a lo imposible de esa sensación, fue entonces cuando sentí pasos dirigirse hacia mi cama, el miedo me invadió, me sabia sola, sabía que había cerrado todas las puertas y ventanas antes de dormir... una fuerza extraña me invadía, mi cuerpo se endureció como una tabla, y ese ser seguía allí, escuchaba como susurraba palabras que no entendía... Un idioma desconocido para mí.... No se por qué; pero tenía la certeza de que era o alguna vez fue un hombre... Levanto su mano señalándome, y mi cuerpo levitó sobre la cama, abrí mis ojos cuanto pude y comencé a ver humo; negro, denso, con olor a azufre que zigzagueaba desde mis pies envolviéndome, casi con la perfección de un vendaje, vi con terror como desaparecía en el, a medida que me alcanzaba, mi cuerpo desaparecía, y un dolor agónico hacia que sintiera que mi corazón estallaría de un momento a otro...
¿Esto es morir? _pensé_ y él continuaba susurrando...
Y cuando el humo llego a mi cuello, habiendo desaparecido en tinieblas casi mi cuerpo entero... desperté, volví a mirar el reloj... 3 am, encendí la luz.
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