El Cachazo de Hualbert Zolá

Estaba cada día con menos capacidad de discernimiento… aquí dirían estaba cada día más loco.
Y es Zolá después de la muerte de la china reinició sus coqueadas y borracheras. Mejor dicho encontró una justificación para su cada vez más descender al profundo averno de las adiciones.
Fue cuando conoció a una putita simuladora y estafadora que se hacía llamar la patita de chancho o de manera abreviada la PatiChan.
Todo ya estaba planeado y Hualbert fue invitado al callejón del Humo, donde se fuma tanta pasta básica de cocaína que solamente la niebla se disipa por las mañanas. Para ser más preciso a una fiesta donde en la casa de la PatiChan. Trago va trago viene coca va coca viene. Promediando la media noche un malandrín estafador comenzó a flirtear con la PatiChan, eso enardeció a Zolá, quien le increpó al malandrín, que atribuciones se tomaba con su hembrita. El malandrín le respondió airadamente. Zolá sacó una 38 y le propinó al malandrín un cachazo en la cabeza. El malandrín se tiró al suelo y la sangre de una herida de diez centímetros manchaba el piso miserable de cemento sucio de esa vivienda.
¿Y cómo terminó todo? Resultaba que el malandrín era sobrino de un comisario. Todo su magre sueldo de Hualbert fue invertido para pagarle al comisario y al malandrín. Para prevenir su detención. Zolá no aprende y se acerco a la esquina a buscar a la patita de chanco diciéndole ¿Por qué me has hecho eso? Es como preguntarle a una serpiente venenosa porque me has inyectado tu veneno ¿Será que Hualbert Zolá se siente atraído por una víbora?...