LA BORRA DE CAFÉ.
Ahora cuanto digo
En momento agrio
Es fortalecer,
Perder para encontrar,
Abrir caminos de la nada,
Para arribar a sí mismo.
Algo sé, azúcar amarga,
Algo que el mundo enseño,
La luz puede albergarse en la rendija de un párpado y mostrarte
Que la palabra deseo retumba en mis cartílagos.
Nos sobran cosas que decir,
Voces para confundir,
Tierras por despertar,
Y derrotas que celebrar.
Es que estoy rasguñando
La herencia de la memoria,
Donde orejas y bocas
De rostros escondidos,
Escuchan, echan
Recuerdos transparentes,
Antiguas videncias
De lo oculto,
Estupores capitaneados
Por una tormentosa sombra de sueño.
Algo sé,
Al calor de un camastro, al acurrucarse,
Entre mesas vacías de medianoche,
Retorciendo pequeños sobrecitos de azúcar,
Y la danza de una cucharita en un pocillo con negro café.
Algo sé.
Empieza allí el riesgo de vivir,
Imagina, dijo un tal John Winston Lennon.
El alma lanza un ángel confundido
Y entre procesión
De miradas sin fin, sin ver yo,
Duerme vigilante
En un túnel de complicidades,
Junto a demonios que empobrecen
Ante la farsa de no saber
Vivir o morir.
Ahora que vivo,
Que pienso e ideo,
Que planteo y juzgo,
Me decido, y habré aprendido
Que detrás del final espeso de niebla
Hay un comienzo.
La alegría de las pequeñas cosas.
Como veredicto sagrado
Una música de milagro
Será el camino
Hacia la vida misma.
A cada vuelta de cucharita,
Cuando el fondo
Sedimenta la borra de café,
Medito:
Entre el ‘ser y no ser’
¿Estará la cuestión?-®
Por: DANIEL JOBBEL.
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