Quería escribirte, quería realmente encontrarme escribiéndote, y te encontré en el lento fluir de la tinta, y en cada una de las imágenes que por mi cabeza pasaron, cerraba los ojos y verde, verde por todos lados, pintaba por todos lados de manera indiscriminada, la gente me mira como loco cuando en la calle me escuchan poetizando acerca de ti, quién no quiere a un escritor cuando este te vuelve inmortal, te deja absorta entre palabras que tienen la fuerza de un incendio, así las miradas pasen y pasen sobre aquellas dulces, no dulces no, alucinógenas palabras siempre tendrán el mismo efecto, por un momento te van a hacer sonreír de la misma manera que lo hiciste la primera vez, las filas del transporte de hoy son como la espera de que un cartero cabalgue de un reino a otro con una carta oliendo a perfume, espero un día me llegue una carta tuya, por ahora seguiré caminando entre las almas errantes sometidas al plástico, hablando en susurro para quién me quiera escuchar.