Toc toc; toco el ruiseñor,
Se encuentra Mireyin
La princesita carmesí…
Durante unos segundos las niñas que se encontraban en la casa no supieron que responder: ¡habla, habla! Grito la más pequeña, mientras aplaudía, Doménica que aun no coordinaba sus palabras solo alcanzo a decir: Aaaide, mientras la abrazaba, la mayor de ellas dando un paso adelante y en tono amenazante dijo: ¡yo soy a quien busca!, a lo cual el ruiseñor contesto:
Princesita, Princesita,
Soy su hado protector,
Que en su cumpleaños octavo,
He venido a alegrarle el corazón.
Voló rápidamente a su alrededor, y un lindo vestido purpura en ella apareció, junto a un par de zapatos carmín. De pronto la sala de caramelos, chocolates, bocaditos se lleno y en la mesa una gran torta de chocolate a las niñas sorprendió.
Princesita, princesita,
Aun veo en usted aflicción,
Dígame cual es su anhelo,
Aquel que le devuelva su alegría interior.
La niña tomo asiento y en voz baja susurro:
Los chocolates me encantan,
Los caramelos son mi pasión,
Pero lo que realmente deseo
Es mi familia en comunión,
Que los problemas ya no sean problemas,
Que los gritos sean solo recuerdos,
Y el adiós un rumor que nunca llego.
El ruiseñor afirmo con la cabeza y de inmediato giro, giro muy rápido a su alrededor hasta que desapareció.
Unos pocos minutos después, sus padres llegaron, muy alegres, muy contentos, la felicitaron con un beso y una muñeca Bratz, la que ella les pidió.
Desde ese día, en su hogar ya no hay tristeza, se la llevo el ruiseñor…
|