-mamá ¿donde está papá?
- papá esta en una estrellita.
-¿pero va a volver?
- no hijo mío. no te lo puedo traer.....porque papá se murió.

Hoy, son las únicas palabras que encuentro para explicarte. Papá un 13 de octubre se fué. Solo. Con el alma partida y el corazón desgarrado de dolor. Me dejó vacía de amor. Desolada. Inmóvil. Incrédula. Deprimida. Lo lloré más que nadie, creo yo. No se despidió. Ni de ti, ni de mi. Un día más celeste, que el día en que te vi nacer.
Tenía 33 jóvenes años. Y tú, tan solo 18 cortos meses. Toda una vida para VIVIR juntos... Ni siquiera alcanzaste a decirle Papá. Esa inmensa palabra, que cuando entraste al jardín, no sabías con quien identificarla. Porque, desde que empezaste a pensar y soñar un poco más, lo buscaste y no lo encontraste.
¿Cómo explicarte en palabras?¿Cómo no hacerte sufrir?. Jamás me animé a decirte cómo se murió. Murió de pena. Se entregó a la muerte sin pensar en nosotros. O tal vez...si. Jamás lo sabremos. Morir de pena y solos es tan triste hijo mío.
Hoy, 4 años más tarde, 4 años más fuerte y con más ganas de vivir, te puedo decir:

- hijo mío: Guille, tu papá, está dentro de ti. Cada vez que me miras. Cada vez que me sonríes. Cuando te veo caminar. Cuando me abrazas. Cuando te veo descansar. Cada vez que me das el beso de las buenas noches...siento que es él quien me besa. Pero nadie lo sabe. Es un secreto que llevo guardado en mi corazón.VALIÓ LA PENA CADA SEGUNDO QUE ÉL VIVIÓ....

nota: no veo al padre de mi hijo reflejado en él. El final del cuento dice lo que mi hijo, como todo niño, quisiera oir.