- ¿Y tú para qué duermes? – fue su pregunta, tan secilla y carente de sentido antes mis ojos.
- Pues para lo que sirve, para terminar un día más y recargar energías para el siguiente, ¡ Qué clase de pregunta es esa! – fue mi respuesta mientras con mi rostro dibujaba una expresión de incredulidad y desconcierto.
- Yo duermo para crear – dijo él sin ni siquiera prestar atención a mi respuesta, mientras me miraba con esos ojos soñadores que eran tan de él.
Y así se quedó por un tiempo, mirandome , esperando alguna respuesta de mi parte, pero no sabia de que manera responder ante tan inesperada respuesta. Él comprendio mi silencio y siguió.
- Duermo para crear imposibles, para crear mundo y ficciones que nunca otros ojos vieron o verán, duermo para ser libre de las ataduras que encontramos en el día a día y de esas cadenas que atan nuestro potencial a diario como custumbres, creencias, personas y tantas cosas más que no nos deján ser quienes somos. Cuando duermo no existe nada de eso, solamente existo yo y mi creación, soy como un pequeño Dios dentro de mi ser.
Al terminar su discurso idealista no pude más que dejar salir una pequeña risita.
- Tu siempre tan soñador, deberias despertar ya de esos sueños tuyos y poner los pies en la tierra, que nada en este mundo cambia porque tú te la pases las noches imaginando cualquier tontería, que lo único que haces es escapar de la realidad – le respondí con un tono de enfado.
- Tú y tu falta de imaginación, ¡no sé cómo es que somos amigos! – dijo él mientras se dibujaba una sonrisa en su rostro.
Iba a decir algo más , pero en ese momento llegó el autobus que habíamos estado esperando, ya continuaremos con esta contienda algú momento, siempre lo hacemos pense mientras los dos subiamos al autobus.