El Ascenso ( última entrega )


Cuando Martín entró al dormitorio perdió todas sus inhibiciones, prácticamente arrojó a Cristina sobre la cama que lucía unas espectaculares sábanas de hilado peruano desde las que se desprendía un suave perfume, el cuarto estaba decorado con exquisitez, modernas cortinas de finas texturas, dos mesitas a los costados de la cama con lámparas de luz tenue y dos bellos cuadros de pintores contemporáneos estratégicamente ubicados completaban la estudiada decoración, en uno de esos cuadros estaba disimulada la cámara.

Los últimos años del matrimonio de Martín tuvieron una chatura sexual a la que casi se había acostumbrado, pero hoy estaba eufórico por momentos sentía que tenía treinta años, Cristina lo dejaba hacer pero cuando recaía lo estimulaba nuevamente y él como una marioneta hábilmente manejada realizaba insólitas posturas y denodados esfuerzos por demostrar su virilidad... La cámara filmaba implacable.

Esa noche cuando regresó a su casa se sentía agotado pero contento, con la autoestima alta, Cristina había contribuido para ello. Su hijo lo recibió con la alegría de siempre y su mujer con la indiferencia habitual, todo parecía normal, la cena se desarrolló como de costumbre pocas palabras mucha TV.

Las mujeres tienen una especie de radar que se activa de inmediato ante la infidelidad de la pareja, a veces funciona tan bien que un mínimo detalle dispara la acción. La mujer de Martín detectó de inmediato que en su aburrida vida matrimonial había sucedido algo, aún no sabía que pero su “intuición” le prendió las luces de alerta. Si bien la vida con Martín carecía de sorpresas agradables, no podía dejar de considerar las ventajas de que gozaba, vacaciones en el exterior, viajes frecuentes a hermosos destinos, excelente vivienda permanente y casa de fin de semana en el country, el mejor colegio para su hijo, ropas de primera, personal para la atención de la casa y tantas cosas más a las que ella no podía acceder con sus escasos trabajos de arquitectura.

Cuando Cristina llegó al Banco ese día, llevaba en su cartera el video editado de su cita con Martín, las imágenes eran por demás elocuentes, lo único que no aparecía era el rostro de ella todo lo demás estaba ahí en excelente definición. La charla con el Gerente de Recursos Humanos fue breve, se hizo cargo del material y aseguro que hoy mismo elevaría al Directorio el pedido de ascenso de Cristina, la nombraría tal lo prometido Gerente Departamental.
En cuanto a los planes para con Martín que le había arrebatado su posibilidad de llegar a Gerente General,
se ponían en marcha Pablo sabía que no podía fallar..

Subir un video a internet era tarea fácil, lograr una buena difusión representaba algún inconveniente, nada que no pudiera superarse, por otra parte en un Banco el Gerente General es un hombre conocido, reuniones, revistas, folletines internos etc.

Martín fue citado por el directorio a una reunión privada, de los funcionarios de línea del Banco solo el Gerente de Recursos Humanos participaba, le expusieron a Martín el motivo de esa reunión especial, un video en internet lo mostraba en una actitud indecorosa que erosionaba su imagen entre el personal, con la eventual repercusión pública que podría derivar en un perjuicio para el Banco. Martín se sintió desfallecer y como en una pesadilla escuchaba las voces de los directores que le manifestaban se debía tomar una urgente decisión, el camino a seguir estaba entre una renuncia a la Institución o argumentando razones de salud aceptar un puesto de colaborador en una tranquila delegación del exterior por ejemplo Panamá. Sus días como Gerente General habían terminado y su brillante carrera de treinta años llegaba a su fin, por supuesto era un caballero no intentó defenderse ni culpar a nadie.

Las cosas tenían que ser decididas rápidamente, la renuncia no cabía en las posibilidades barajadas, si renunciaba no había indemnización por ende como mantendría a su familia acostumbrada a un tren de vida elevado, el puesto de colaborador en el exterior lo haría la comidilla del Banco pero mantendría su sueldo y por ende el bienestar de su familia no lo dudó Panamá sería su nuevo destino. Cuando le contó a su mujer que en el Banco estaba con un serio problema pero sin ser específico, la alarma de ella se activó, con acidez y tratando de hacerlo sentir lo peor posible le espetó –y todo eso por una mujer- .

Nada fue igual para Martín a partir de allí, vive en Panamá desde hace un año, se comunica a diario con su hijo ayudado por la tecnología, su ahora ex mujer goza de una excelente cuota alimentaria que aligera en los mejores negocios de moda, y él ha engordado producto de la elaborada comida que consume y el sedentarismo propio de quien ya no espera nada bueno de la vida, en sus primeros días de estadía en Panamá recibía los llamados de quien lo reemplazara en su puesto de Gerente General, Pablo ex Gte. de Recursos Humanos no tenía la capacidad de Martín y frecuentemente le consultaba temas que este dominaba. En la revista de su Banco puede leer las noticias sobre personal así se enteró meses atrás del ascenso de Cristina a Planificación Estratégica, Gerencia Departamental de las más importantes, siempre se preguntó el porque le había hecho esto pero sin sospechar la intriga urdida entre ella y Pablo
Por su parte Cristina ya planificaba su futuro objetivo, se había propuesto antes de los cuarenta ser la primera mujer Gerente General en su Banco, consideraba que priorizar su carrera sobre todo lo demás debía rendir sus frutos, por otra parte sostenía que los hombres compitiendo entre ellos eran temibles, pero con una bella y ambiciosa mujer por ahora carecían de experiencia.