Honor a quien honor merece
Con la inocencia de un pequeño con la amistad que brinda el mejor amigo al hombre,
Con ilusiones y esperanzas que las horas le proporcionan, así es como nace.
Dando sus primeros pasos, ansioso de acurrucarnos entre sus suaves y calientitos brazos, que desentumen al que pasó la fría noche, bajo la vigilancia de su amada, y que llena de entusiasmo al que solo ha visto tardes grises.
Sin darnos cuenta en horas supera la fuerza de un hombre, explota la ilusión del amor al ver los pequeños detalles que le ofrece la madre tierra a donde quiera que expanda su esplendor.
Nos vigila a cada movimiento, se da cuenta de las injusticias que nos hacemos entre nosotros mismos, se enfurece al ver que nos favorecemos exprimiendo la inocencia de los más pequeños, y de que no agradecemos de tantas maravillas que nos rodean.
Demuestra su coraje, enviándolo con toda su fuerza hacia nosotros durante más de cuatro horas, donde el caminante busca refugio bajo el árbol, donde algunos seres muestran agradecimiento y otros injurian encontra de él.
Después del acto anterior se muestra mas tranquilo,
pareciera que los años pasaron en un abrir y serrar de ojos,
por el aspecto que presenta.
Un reloj marca las dieciocho horas, algunos voltean a verlo, lo admiran, lo respetan, otros lo saludan con un pequeño gesto, mientras otros lo hacen con gran honor, en cuanto otros siguen observando su belleza, donde se da el lujo de adornar su retirada con su experiencia, algunos buscan un lugar cómodo, otros invitan a sus seres queridos, para presenciar la despedida, donde él se siente muy contento ante gran multitud.
Mientras se perdía entre las sabias montañas,
Donde más tarde se fundiría con el mar,
Ante las pupilas que presentan el acto maravilloso del atardecer,
Al fin se despide sonriendo, por que los pequeños que vio nacer durante su ocaso les inyecto una pequeña dosis de ilusiones y esperanzas con un pequeño rayo solar.
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