Josefa Ibáñez, la dueña de los mayores hipermercados de España, ha muerto. Un cáncer intestinal la tuvo postrada más de dos años con sufrimientos indecibles y sometiéndola a situaciones humillantes y vergonzosas. Tenía 67 años y todos ellos mal vividos. Su consigna diaria siempre fue:- primero yo, segundo yo y tercero yo, se repetía constantemente- . Para el mundo ella fue una mujer de éxito y por ello en su funeral estaban ministros, militares, empresarios, académicos, clérigos, miembros de la farándula y sus familiares. Estos últimos se pavoneaban alrededor del féretro haciendo que lloraban pero en realidad celebrando porque la herencia se esperanzaba cuantiosa. Josefa hoy a despertado a una nueva vida…Como una supercomputadora ha visto toda su vida detalle a detalle. Se ha dado cuenta de muchas cosas. Una de ellas es que ha vivido muchas vidas antes y esta, que acaba de pasar, ha sido sólo un episodio y no de lo más afortunado que digamos. Ese pensamiento tóxico que se fabrico como divisa para vivir la obligó a pasar por encima de los demás y por ello acumuló semejante fortuna. En especial tiene en su mente a Evelio a aquel hombre rico que ella robo miles de veces y que ahora es un pobre vergonzante obligado a mantener la apariencia de muy rico siendo muy pobre él. Evelio sólo conserva un parqueadero en donde gana muy poco para poder vivir. Josefa es testigo de las enormes afugias de Evelio y , cada una de ellas, es un memorial de agravios para ella. Josefa sabe que de los 67 años vividos le quedan más de 20 años para que se disuelvan su mente y sus sentimientos y que por ello tiene pendientes aquí. Diariamente seguirá repitiendo la rutina, como lo hacen todos los difuntos, y aparecerá la frustración de no poder hacer nada. Así es como se disuelven los pensamientos y las emociones antes de partir de verdad. Josefa, en su nuevo estado, descubrió que mirar hacia atrás y hacia adelante en el tiempo es sumamente fácil. Puede ver el resultado de la lotería de lo que en el mundo de Evelio será mañana. También sabe cómo meterse en los sueños de las personas y dialogar con ellas.¡ Eureka!...¡ Evelio!.........
Evelio todos los días va a la casa de apuestas y elige cuatro números de la lotería diaria y juega con ellos con la esperanza de convertir unos cuantos euros en una suma apreciable. Anoche se soñó con Josefa y ella le prometió devolverle todo lo que le robo dándole los números de la lotería pero sólo hasta cuando le pague. Ella no puede “robar allá” para repartir aquí. El 1356 es el número que le dio y va con la lotería de Andalucía.
Hoy es el día de navidad y ha visto en el noticiero el 1356. Va, entonces por 20000 euros para sentirse como cuando tenía dinero. Habrá pavo en la mesa de la familia y regalos para todos.
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