Manchado hasta el hastío de no haber crecido.
De seguir siendo niño. De creer que es real.
De qué absolutamente todos deben comprender .
Aceptar.
Me llégo despacioso a puentes destruidos .
Preguntándome en qué punto soy culpable.
Mientras desolado veo las otras islas solitarias.
Ahítas ( támbien) de puentes rotos de afectos pasados.
Tráto de no emitirme un juicio engañoso . Fátuo.
Pero a todos nos diviso . Con nuestro libro negro .
Gruesas páginas llenas de dedos lastimados apuntando.
¡ Si tú! , ¡ y tú! , ¡y vós tambien ! . Gritan esos dedos . . .
cargados de esa atráctiva autolástima infantil.
Dentro de cuanto tiempo . ¿ quien ? Y ¿ que recordará ? .
Nuestras islas solitarias de puentes rotos amontonados,
me sugiere un niño aislado que permanece llorando.
Difuso de realidad. Calmando a mi (niño) llanto interno.
Reubico las culpas propias y ajenas y sin jusgar.
Pongo mis manos a reconstruir puentes hacia tú isla.
Mientras me pregunto. Si el verde paz es cierto. Si es real.
05/12/2012
Texto agregado el 05-12-2012, y leído por 179
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