Íbamos a la madrugada con Guillermo, un matemático compañero de trabajo, y estábamos atravesando un parque en la tierra de José Eustacio Rivera autor de “La vorágine”. Divisamos a un hombre solitario sentado en una banca y lloraba a gritos como un niño cuando le golpean en la calle. Guillermo dijo:- es mi primo. Es un hombre con montañas de dinero. Su fortuna y posesiones son incalculables. Vive en la suite presidencial de un hotel de cinco estrellas.- Que te pasa primo Ernesto, dijo Guillermo- - Estoy aburrido y no me soporto ni yo mismo- Diviértete, consigue unas chicas y haz una fiesta privada- Estoy harto de eso. Ayer estuve en París en el Moulin Rouge y me llene de licor, mujeres y habanos., contestó el quejoso Ernesto- Cómprate entonces un convertible, dijo Guillermo. Tengo un Lamborghini y casi no lo uso. Tengo un piano Stenway que me costó un millón de dólares y está sin destapar en la sala de mi cuarto, contesto Ernesto. Hazte un viaje en un crucero y ve a Europa a visitar museos, dijo Guillermo. – No, contesto Ernesto. A Europa he ido a más de cien veces y cruceros tengo varios en Shipboard company y no deseo ni verlos. Entonces: ¿Por qué estas triste? Fueron las palabras de Guillermo. Contestó Ernesto: Soy como el hombre más pobre del mundo. ¡ No tengo nada que comprar ni donde ir!