Antigua mirada de muchacha simple
de muchacha buena.
Sus rasgos cubiertos de arrugas
están llenos de viejas memorias.
Toda ella se achica
y se agranda en recuerdos
reflejos de ayeres,
de esfumada casa de barro y madera.
El tiempo escondió aquella muñeca
de trapo con risa pintada
cocida con hilos enroscados
en careteles de infancia
arullada en mis brazos
con aroma a tiempos,
con perfumes, descalza
de otros veranos.
¿Dónde lo habrán sepultado?
Hoy el sol se toma venganza.
Hoy el espejo la imagen transforma.
Y se hamaca y se hamaca
en el mismo sillón
que ahora lloran en silencio sus goznes
por sobrarle espacio.
Por sobrarle historias
y hacen coro a sus escuchadas palabras,
¡Había una vez …!
Y los niños de entonces ya adultos
bajo el viejo Lapacho
te rodean. ¡Abuela!
Y con voz quebrada
te piden, te imploran.
¡Cuéntame otro cuento,
antes de dormirme. mi querida vieja!
Texto agregado el 04-12-2012, y leído por 279
visitantes. (18 votos)
Lectores Opinan
18-04-2013
Emotivo recuerdo. MarceloE51
11-01-2013
como bisabuela aprecio doblemente tu texto. Yvette27