“Cuando muera lo sabré todo; Cuando finalmente muera, sabré por fin el verdadero significado de las cosas; Seré conocedor de la Aletheia, seré un sabio. ¿De que me servirá eso cuando ya no tenga cuerpo?.”

Somos buscadores del estímulo físico. En vida, creemos que en el se esconde la verdad. ¿Por qué no podríamos en muerte entonces, buscar una sensación física para el increíble estímulo de la sabiduría eterna? Evocar un simple reflejo de un alma que alguna vez cargó con un cuerpo.

En vida, la verdad (y no hablo de una verdad circunstancial, sino la auténtica verdad infinita y eterna) se nos presenta evasiva y limitada; quizás ahorrándonos las causas obvias y atroces de algo tan grande en algo tan limitado como es el cuerpo humano. Quizás salvándonos de un incontrolable orgasmo de información y luz y muerte.

Soy un aspirante a escritor, también a artista visual y a músico. Soy también una persona obsesiva; no me contento con un texto, obra musical o visual, hasta que no estoy seguro de que expresa exactamente lo que quiero que exprese, de la forma que quiero que lo exprese. ¿Es eso buscar la perfección?. Si eso es buscar la perfección, entonces he fracasado en cada uno de los aspectos de mi vida. ¿¡Como puedo decir que un texto es perfecto?! Como puedo ¿incluso atreverme a suponerlo? Un texto perfecto debe contenerlo todo; debe ser Dios. ¡¡Un texto perfecto debe ser Dios!! Debe ser todos los Dioses de todas las religiones; debe ser todas las canciones, debe contener a todos los textos jamás escritos, debe evocar al canto de todos los pájaros jamás nacidos. Al mismo tiempo debe ser nada.

¿¡Como puedo atreverme incluso a insinuar la perfección de algo tan microscópico y poco abarcativo como cualquier cosa que pueda llegar a crear yo nunca!? Es como decir “oh, esa molécula de polvo es perfectamente redonda” PERFECTAMENTE REDONDA ¿¿es Dios esa molécula de polvo!? ¿¡ es Vishnu !? ¿¡ES LA NOVENA SINFONÍA DE BEETHOVEN ESA MOLÉCULA DE POLVO ¡? ¡¡CLARO QUE NO!!, es una estúpida molécula de estúpido polvo; y nosotros, no somos mas grandes que esa molécula. No podemos llegar a la perfección, no podemos percibir a la perfección, no podemos oler a la perfección, no podemos sentirla; y no por cualquier capricho del destino; de sentir a la perfección, usted explotaría. ¿Explotó usted en un orgasmo de sabiduría al leer esta reflexión? ¿no?; entonces, muy posiblemente, esta reflexión no sea perfecta.