En un momento brevísimo de lucidez, se dijo: tengo sobrados motivos para pensar que estoy secretamente enamorado de ella, pero ella lo ignora y además me ignora de forma absoluta y malévola así que también tengo motivos para pensar que practica conmigo una especie de odio rampante, lo que me lleva a la urgencia de estudiar alguna estrategia para que deje de odiarme y empiece, primero, a tener una actitud distinta hacia mí y luego, poco a poco, vaya cambiando y llegue a interesarse seriamente por mí, para que, finalmente, en un futuro cercano llegue a enamorarse secretamente. Sé que este proceso puede dilatarse en el tiempo, pero no demasiado porque entonces voy a tener sobrados motivos para empezar a ignorarla y luego a odiarla mientras ella, supongo, se va a ir enamorando, loca e irremediablemente de mí, pero yo entonces no querré saber nada de ella y esto se va a convertir en un lío tremendo porque yo no quiero dejar de quererla y ella, supongo, en ese futuro no muy lejano, tampoco querrá, con lo cual está claro que la nuestra será una historia de amor terrorífica, siempre in crescendo… Mañana mismo voy a hablar con su mamá, para decirle que no quiero seguir jugando a las muñecas, ni a las casitas, ni a la gallinita ciega, ni a los médicos con su hija, porque tengo sobrados motivos para pensar que estoy empezando a estar secretamente hasta el moño de esta historia de amor imposible.
JUAN YANES |