La Regalona de papá.
Me despertó el olor a huevos y pan tostado, olor a leche y mantequilla, mi nariz siempre ha sido una desvergonzada, se atrae por un olorcillo y no se resiste, salté de la cama para llegar primero que mis hermanos, en ese entonces la Menita no había nacido todavía, yo era la menor y ellos, mis hermanos, no habrían despertado, no tenían mi sentido del olfato pero yo con mi escandalera los alerté.
Me metí a su cama y me acurruqué en su pecho, el se reía a carcajadas al verme toda soñolienta, me besó en ambas mejillas y al rato estaban miguel y Magali peleándose un espacio también entre las sábanas, yo abrazada a él, a su perfume a jabón de su baño reciente, yo adoraba ese olorcito que me hacía sentir en calma, llegaba la mamá con la bandeja y las mamaderas, tendría 2 o tres años, no lo sé, pero recuerdo cosas que mis hermanos hasta el día de hoy creen que invento, quizás, pero para mí son recuerdos.
Le quitábamos el pan y lo metíamos en la yema de los huevitos recién hechos. Creo que él, que trabajaba hasta tarde toda la semana, lo disfrutaba más que nosotros.
Ese era el comienzo del día Domingo, después no acomodábamos casi encima de él mientras risueño, nos contaba un cuento.
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