Abducidos.

Testimonio de Javier Garcia. (1970- ¿?)

Me desperté en el interior de una nave recostado sobre una mesa rodeado de extraterrestres, sus cuerpos se asemejan a los de los humanos y sus ojos son achinados grises y negros al igual que sus cuerpos, también los hay verdes. Los grises y negros poseen más rango jerárquico mientras que los verdes son los enviados a la tierra. Se comunican telepáticamente y es fácil que llegue su mensaje y conocimiento, de este modo pude saber más de sus costumbres, algunos también hablan. Conocen y dominan todas las lenguas terrestres.

Testimonio de Carlos Ríos. ( 1985 - ¿? )

Jugaba al Fútbol, en el lugar hay un convento de monjas, era el mediodía de un día de verano. El sol quemaba la piel y el cielo estaba completamente despejado. Un amigo patea la pelota y se va al medio de la calle, fui a buscarla, caminaba lento porque me dolía la pierna, me habían dado una patada. En ese instante observé al cielo y vi unos objetos del tamaño de discos que giraban sobre su eje, eran como rosquillas giratorias.

Estaban considerablemente lejos del suelo, pero los vi con nitidez. Luego de recoger la pelota, seguí jugando al fútbol y no dije nada de lo que había visto ese mediodía. Al volver a mi casa solo caminando recuerdo haber visto una luz cegadora, luego no recuerdo mas nada, hasta que desperté en mi cama.
En ese momento yo no creía en ovnis, hoy después de tantos años, y sin encontrarle ninguna otra explicación, puedo decir y estoy seguro que se trató de una experiencia extraterrestre.

Testimonio de Sara Andriani. ( 1981 - ¿? )

Yo vivo en las sierras de Córdoba, en una cabaña, cerca del Monte. Una tarde, mientras paseaba con mi hija, ella salió corriendo y la perdí de vista, al llegar al monte, la vi observando el cielo con la mirada fija, su dedito señalaba el cielo, miré hacia arriba y no vi nada, le pregunté que estaba mirando y no me respondió, la sacudí, hasta que me miró y me dijo mamá, mira en el árbol, allá arriba, y ahí fui cuando lo vi, era una criatura de un metro y medio con ojos negros y ovalados, labios triangulares y dos antenas en su cabeza, me miraba fijamente, cuando comencé a sentir sudor, era pleno invierno, no era lógico, comencé a marearme y perdí el conocimiento, cuando volví en mi, pude incorporarme y vi a mi hija subiendo a una nave espacial de la mano de una extraña criatura con tres brazos y tres patas, no se el tiempo que habré estado dormida, nunca más volví a ver a mi hija hasta el día de hoy la sigo buscando.