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HR 2329
VIDA ANTES DE LA VIDA
El se sintió solo y con ansias de libertad, otros habitantes de ese lugar decían que sólo algunos llegaban a salir, pero él siempre buscaba la salida. No tenía miedo, aún cuando decían que muchos morían en el intento.
Ese lugar no le gustaba, no había luz y además se sentía incómodo entre millones y millones de habitantes. No conocía a nadie, por ser el más pequeño, nadie lo tomaba en cuenta. A menudo notaba que descendía el número de la población, y otras veces se sobre poblaba aquel incómodo lugar.
Fue un día que andaba por los alrededores del lugar donde siempre solía pararse a ver como pasaban y jugaban el resto de los integrantes, cuando descubrió un túnel. Sintió el deseo de correr e ingresar por aquel paso recientemente descubierto. Comenzó a correr, en un instante miró hacia atrás y se dio cuenta que millones de habitantes se le venían encima, él sólo cerró los ojos y corrió cada vez más aprisa, sentía como lo empujaban y pasaban sobre él. Se sintió extraño y al fin comprendió que saldría de aquel lugar tan desagradable.
El camino se le hacía interminable, corría a toda velocidad, pero no se sentía cansado, sino con unas ganas inmensas de llegar al final. Tuvo la sensación que ya había salido del túnel, puesto que las paredes se hacían cada vez más distintas.
Nuevamente miró hacia atrás y se dio cuenta como sus compañeros de viaje morían en el intento por huir del lugar.
Entonces, encontró una casita, luego, todos sus compañeros desencadenaron una interminable lucha por entrar, comprendió que él debía hacer lo mismo y comenzó su intento por hacerlo. A él le extrañó y sintió miedo, por todas las muertes sufridas en el viaje.
Cada vez se esforzaba más por entrar, poniendo todo de su parte por conseguirlo, pensando que si no lo hacía, correría la misma suerte que los demás.
Sintió ganas de dejar todo de lado, aunque no estaba cansado ya se estaba dando por vencido. Fue entonces cuando ocurrió, consiguió entrar a esa casita. Una vez adentro sintió como se iluminaba ese lugar, tanto así que la radiación luminosa lo segó. Entonces decidió descansar y se sumió en un largo y profundo sueño.
Cuando despertó se sintió extraño, ya no tenía vista y su cuerpo había desaparecido. Se desesperó y tuvo ganas de llorar, pero, poco a poco, las miles de partes que flotaban en aquel lugar se comenzaron a unir a su cuerpo.
Él sabía que, de algún modo, su cuerpo se había desintegrado, pero que no había muerto. Luego de recuperarse se sintió muy feliz y tranquilo, porque aquel lugar era sólo para él, además estaba tan cómodo que decidió vivir allí.
Pasó algún tiempo y comenzó a sentir voces desde el exterior de la casita, pero no comprendía que querían decir. Se dio cuenta que, poco a poco, su cuerpo tomaba otra forma y ya no tenía su cola, pero eso no le importó, puesto que aunque la tuviera el no podía moverse, trataba de hacerlo, pero notó que tenía una cuerda adherida a su cuerpo que no le permitía hacer ningún tipo de movimiento.
Un día, él estaba durmiendo y tuvo la sensación de que aquella casita se movía, como que flotaba dentro de un océano, se sintió extraño al no tener miedo, algo dentro de él lo hacía sentir muy tranquilo. Pero sintió algo que nunca antes había sentido, se sentía como vacío, entonces la cuerda que lo ataba comenzó a vibrar y, poco a poco, esa sensación comenzó a desaparecer.
Después de largo tiempo, él se dio cuenta que ahora tenía una forma extraña, su cuerpo ya no era una masa abultada, sino que tenía unas ramificaciones que salían de su cuerpo, estas ramificaciones terminaban en cinco más pequeñas y él tenía cuatro.
Entonces sintió esas extrañas vibraciones que siempre había escuchado, sólo que ahora logró entenderlas, estas vibraciones se tornaron, paulatinamente, en una voz dulce. Esta vez le decía: Arturo, Arturito? cuándo nacerás?, no sabes cuanto cariño que te espera a mi lado, yo te daré seguridad y bienestar.
El se sintió muy contento, además él sabía su nombre: Arturo. No sabía que significaba, pero a él le gustaba mucho.
Arturo se sentía mucho más tranquilo y había recuperado la vista y podía mirar su casa, esta era muy parecida al lugar de donde él venía, comprendió que él era un feto, porque así lo llamó una vez un doctor, el cual atendió a su madre. Estas palabras las fue comprendiendo a medida que se iba desarrollando.
Un día, escucho voces y supo que era la de su padre, que decía: Tanto trabajo y estoy tan cansado para seguir luchando, pero Arturo me ayuda a tener ánimo para seguir. Tantos problemas en el trabajo, ya no aguanto más.
El se sintió muy nervioso y observó como su interior comenzaba a estremecerse, pero tenía tantas ilusiones en salir de allí, para ayudar a su padre, comenzó a llorar y sintió que iba a morir. Entonces todo su interior comenzó a desintegrarse y sentía como su madre gritaba de dolor, luego todo su interior se inundó de sangre y junto a él se iban todas las ilusiones de vida que había cobijado durante todo ese tiempo, después todo fue sangre y lágrimas y junto con la luz del ocaso la luz de él se apagó. |