Habían pasado cuatro años desde la última vez que te vi.
Recuerdo esa tarde, en aquel bar, cuando decidimos separar nuestros destinos. Recuerdo que llovía, recuerdo que me abrazaste y me diste un beso.
Nunca fui bueno con vos, nunca te merecí, pero aquella tarde de lluvia, en aquel bar, fuimos el uno para el otro, para siempre y por última vez.
Recuerdo como un haz de luz atravesó la lluvia y se coló por la ventana. Se reflejó en tus ojos, en tus lagrimas… se reflejó en tus pelos dorados hasta convertirse en oro, en blancura, en pureza.
Pero sin piedad, decidí que ya era demasiado para nosotros. Te di un último adiós y te dejé llorando, mientras yo me iba caminando a través de la lluvia sin mirar atrás.
Cuatro años han pasado, cuatro años en los que casi no pensé en vos, es gracioso como uno puede enterrar el pasado tan fácilmente, fingir que nunca ocurrió.
Cuatro años pasaron hasta hoy, que te veo una vez más, a través de esa ventana sentada en ese lugar, en aquel bar, donde alguna vez nos despedimos para siempre, mientras la lluvia caía del lado de afuera…
…estas mas gorda.
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