Cada vez que regrese al pueblo
me iré a tu casa, dormiré en tu cama,
para sentir tu fragancia
y adormecerme con tu aliento.

Cada vez que regrese al pueblo
dormiré en tu cama
para olvidarme de los caminos
que entramparon mi llegada.

Cada vez que regrese al pueblo
buscaré tus manos
para llevarte al bosque
y bailar la canción de las sirenas.

Y cuando esté en tu cama
acariciando tu piel desnuda
te iré contando mi travesía por el desierto,
mis avatares con las isulas
y mi lucha con las enredaderas;
y me iré quedando dormido entre tus brazos
sin escuchar, tal vez, lo mucho que me extrañas,

Cada vez que regrese al pueblo
me iré a tu casa, dormiré en tu cama
para llevarme tu recuerdo
porque nunca sabré decirte adiós.